Por Crónicas de Chile
Santiago de Chile. El concepto de venezolanidad engloba un conjunto de rasgos sociales como el carisma, la simpatía o el buen humor, pero principalmente remarca nuestros valores ciudadanos: el amor por el trabajo, el esfuerzo y las ganas de construir.
Miguel Ángel «El Paisano», economista guanareño que residía en Barquisimeto desde los dos años encarna parte de esa geografía humana que enaltece y nos dignifica a diario dentro y fuera de nuestra nación. Su historia como migrante es muy similar a su vida en Venezuela. Está llena de conocimiento técnico, planificación, perseverancia, ganas de crecer y de cotidianas victorias en ese empeño.
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«Lo aprendí todo de mi padre. En materia agrícola teníamos nuestro propio fundo productivo, con ganado bovino y ovino. Sembramos alevines de cachama en nuestras lagunas. También maíz y otros rubros para el sustento del fundo», recuerda este magíster en Gerencia Pública que dirigía sus propias empresas, desde muy joven, en materia de construcción civil.
Con pesar, a Miguel Ángel le tocó migrar y lo hizo a Chile luego de un análisis minucioso de sus índices económicos y tomando como soportes estudios del Banco Central y sobre todo de su seguridad jurídica. «Era el único país en Latinoamérica con facilidades para emprender”, asegura el devoto de la Divina Pastora.
Tardó un año en asimilarlo y pidió apoyo de psicólogos y especialistas en el área migratoria. “Todo para tratar de amortiguar un poco el golpe de dejar atrás una vida de éxitos rotundos. Fue duro, pero necesario», explica.
Pero de igual manera “El Paisano” no se quedó únicamente con lo que sabía. Formuló un plan integral. Se dedicó por un año a prepararse en cuatro áreas potencialmente factibles en Chile: gastronómica, metalúrgica, agrícola y construcción.
“Más allá de lo que mi padre me había enseñado desde pequeño en la fabricación de lácteos, hice cursos en diferentes instituciones lácteas y me especialicé en los derivados de la leche”, detalla quien realizó cursos de embutidos en la Universidad del Zulia. También en materia agrícola se especializó en manejo de maquinarias, principalmente tractores y sembradoras.
Igualmente, Miguel consolidó su experticia en el campo metalúrgico. “Desde muy temprana edad me enseñaron a soldar hierro y con la ayuda de un amigo me impartieron cursos de soldadura en acero inoxidable y aluminio. Además, en la empresa Caterpillar Venezuela me dictaron el curso de operador de retroexcavadora, pailoder y montacargas”, refiere.
A todo eso se suma que durante 15 años lideró procesos constructivos de viviendas, edificios, canchas techadas y galpones, con cursos administrativos de obras en el Colegio de Ingenieros del estado Lara.
Hoy, luego de arribar por aire a Chile en enero de 2018 y en compañía 16 personas, entre familiares directos y allegados, Miguel se siente orgulloso de capitanear Alimentos El Paisano, una marca realmente exitosa y pujante en Chile.
“Desde el primer día que llegué decidí emprender. Me dediqué a la búsqueda de proveedores de leche a nivel nacional. Lo primero que hice fue irme al sur de Chile. Ya venían desde Venezuela por barco equipos para montar mi propia quesera. Tres meses tardaron en arribar”, cuenta Miguel, quien fabricó sus propias prensas para elaborar queso y comenzó a fabricar de forma artesanal este producto.
En paralelo, creó una constructora a la que bautizó como Venezolana de Quinchos. Con sus cercanos armó una cuadrilla y se dedicó a fabricar quinchos (zonas parrilleras). Allí aplicó todo su conocimiento en construcción y en soldadura de acero inoxidable.
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“El Paisano” estaba enfocado en dos frentes de trabajo, siempre bajo la supervisión de su guía y referente. “Mientras mi padre hacía 8 kilos de queso yo salía con un carrito hacia la Feria, en Puente Alto. Me montaba en el Metro para llegar a Santiago Centro, me bajaba en el Metro Santa Isabel. Allí me encomendaba a Dios y caminaba diariamente tres kilómetros en búsqueda de clientes que valoraba muchísimo. Mi historia fue en las calles de Santiago. El 7 de mayo de 2018 vendí mi primer kilo de queso. Y así fue como Alimentos El Paisano pudo tomar fuerzas día a día, siempre de la mano de Dios todopoderoso y de la Divina Pastora”, relata.
Miguel recuerda que en sus inicios había una empresa venezolana haciendo quesos desde hacía varios años. “El Paisano’ fue la segunda empresa en elaborar quesos. En marzo de 2019 ganó la resolución sanitaria para fabricarlos y desde ese momento se abrieron todas las puertas que hoy lo reciben. “Son más de 600 clientes a nivel nacional que hoy confían en Alimentos El Paisano”, agrega.
La fábrica procesa cuatro líneas de productos: Lácteos (quesos llanero, paisa, cheddar laminado, cheddar fundido, ricotta con sal, nata y suero larense), Congelados (tequeños con Tequeñería de Chile y Pastelitos con Pastelitos Gourmet) y Salsas y aderezos (mayonesa y siete tipos de salsas de la línea Salsabor58). “La meta es ser una empresa multimarca y conquistar el paladar venezolano y chileno”, afirma Miguel, quien por motivo de falta de tiempo abandonó la construcción de quinchos. “Hoy solo me dedico a construir con responsabilidad la marca preferida de todos los venezolanos”.
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