Caracas. Aunque habitualmente son más conocidos los peligros que corren activistas y defensores de derechos humanos, los profesores e investigadores en América Latina también están en la mira a causa de su trabajo.
«Sobre todo quienes investigan temas que son críticos para los poderes de turno son los que más sufren”, dice a DW Rosario Figari, doctora en Ciencias Políticas e investigadora de la cátedra de estudios de paz de la universidad Justus Liebig de Giessen.
LEE TAMBIÉN
Priorización de carreras según plan de la patria enciende alarmas en los universitarios
Organizaciones internacionales alertan sobre los peligros en Brasil, Colombia, Venezuela y México, así como en países de América Central. Pero también en sociedades consideradas políticamente más estables.
De acuerdo con la Asociación de Estudios Latinoamericanos (Lasa), las principales víctimas son los académicos que trabajan en temas de investigación como violaciones de los derechos humanos y justicia transicional, responsabilidad del Estado y agentes no estatales, la función de las industrias extractivas y los megaproyectos de desarrollo y su impacto socioeconómico, desigualdad y pobreza, pueblos indígenas y violencia basada en el género y la sexualidad.
Además de amenazas y ataques físicos hay otras modalidades de hostigamiento propias del mundo académico, entre las que figuran las restricciones para investigar ciertos temas, prohibición para publicar, falta de financiación, quitar presupuesto a carreras de pensamiento más crítico o designar rectores, “lo que también es una manera de coartar”, indica Figari.
La asociación Lasa denuncia también robos de documentación y datos, y campañas de estigmatización y descrédito en la prensa. En medio de la pandemia, el acoso y la difamación se traslada a las redes sociales y quienes son amenazados se convierten en un blanco más claro y fácil, al no poder movilizarse.
LEE TAMBIÉN
Rally Carwash Ica: emprendimiento venezolano que rompe esquemas en Perú
El reporte Free to think 2020 de la red SAR, sobre libertad académica en el mundo, dedica un capítulo especial a la situación de Venezuela, donde ocurrieron siete de los 341 ataques a comunidades de educación superior en 58 países.
Esta web usa cookies.