Barinas.- Luis Eduardo Pérez Sosa era médico veterinario y productor agropecuario de tercera generación. Tenía 29 años y la mañana del 21 de agosto del 2020, según la conclusión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), fue asesinado de un tiro dentro de su vehículo, una camioneta Four Runner que luego fue quemada. La policía científica determinó que los homicidas fueron dos de sus amigos: John Alejandro Uzcátegui y Eduardo José Cadenas Pinilla, quienes en complicidad con otro hombre despojaron a Pérez del dinero producto de la venta de unas reses, fingieron un asalto, pero al final fueron descubiertos.
Pérez se graduó de médico veterinario en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, en el estado Falcón, de acuerdo con la nota de duelo publicada por el Colegio de Veterinarios del estado Barinas.
Dirigentes del gremio de ganaderos de Socopó afirman que era el representante de la tercera generación de reconocidos productores agropecuarios en la capital del municipio Antonio José de Sucre, aunque la unidad de producción de la familia está ubicada cerca de Quiu, jurisdicción del municipio Ezequiel Zamora en el estado Barinas.
En el asesinato de Pérez, según las investigaciones del Cicpc, participó Uzcátegui, comerciante de 24 años. También Anderson Javier Meza Vivas, de 24 años, quien se desempeña como mototaxista; y Cadenas, de 28 años, funcionario activo de la policía científica con la jerarquía de detective agregado y con tres años dentro de la institución.
Tanto Uzcátegui como Meza también fueron funcionarios del Cicpc, y el domingo 30 de agosto fueron detenidos al ser esclarecido el crimen.
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Contaron los efectivos de la División de Homicidios del Cicpc, encargados de las investigaciones de campo, criminalística y rastreo de llamadas telefónicas, que Pérez había vendido un lote de ganado por 6.800 dólares en el centro del país y le pidió a Uzcátegui, quien era su amigo, que lo acompañara a buscar el dinero producto de esa negociación.
En un sector del trayecto hacia Chameta, en la carretera Troncal 05 que une a los estados Barinas y Táchira, Cadenas, detective agregado del Cicpc, valiéndose de la confianza que tenía con Pérez, se sube al vehículo y junto con Uzcátegui, someten al médico veterinario para robarle los dólares. Pérez se opone al robo y es cuando Cadenas le hace el disparo que le ocasiona la muerte.
Todo ocurrió en un sector que la reseña policial identifica como la vía principal a Chameta Abajo, adyacente a la finca de Cheo Terán, parroquia Nicolás Pulido.
Una vez que el veterinario muere, Uzcátegui le pide a Cadenas que le haga una herida superficial en el hombro, para armar la tesis de que fueron emboscados por tres motorizados para robarlos. Con el cadáver del productor agropecuario dentro de la camioneta Toyota Four Runner, los hombres procedieron a quemar el vehículo y Cadenas abandona la escena dejando a Uzcátegui herido y con algunas quemaduras que se produjo para reafirmar su versión como víctima de robo.
Herido en el hombro, Uzcátegui se esconde entre unos matorrales y pide auxilio a unos pobladores que se acercaron y, al verlo, llamaron a la policía para denunciar lo ocurrido.
Una vez que llegó la comisión policial, Uzcátegui contó su versión de los hechos a la policía: él acompañaba al veterinario y al llegar a Miri, tres motorizados los emboscaron, los sometieron, los condujeron al paraje solitario y allí los robaron, les dispararon y quemaron la camioneta con el cadáver del veterinario dentro del vehículo.
Uzcátegui fue trasladado en una ambulancia de los bomberos municipales hasta la clínica San José, en Socopó, en donde fue atendido por el doctor Ronny Hernández, quien diagnosticó herida por arma de fuego en el hombro izquierdo con orificio de entrada y salida, así como quemaduras de segundo grado en 30% de su cuerpo.
Nueve días después
Mientras Uzcátegui se recuperaba en su casa de la herida de bala y las quemaduras, los detectives del Cicpc siguieron con las investigaciones.
El asesinato del joven, nieto del conocido productor agropecuario de la zona, Victorino Pérez, generó reacciones en la Asociación de Productores Rurales del Estado Barinas (Asobarinas), la Asociación de Ganaderos de Socopó (Asogaso), la Federación de Médicos Veterinarios, el Colegio de Veterinarios y la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenagas), organizaciones que exigieron una rigurosa investigación sobre lo ocurrido.
A los nueve días del asesinato, el 30 de agosto, la División de Homicidios del Cicpc de Socopó desmontó la versión de Uzcátegui, y según la tesis que manejan, él participó del robo y homicidio, no hubo ninguna emboscada.
El primero en quedar detenido fue Cadenas, el autor del disparo mortal y detective agregado activo en el Cicpc de la delegación Socopó. Luego, apresaron a Uzcátegui y, finalmente, a Meza.
De acuerdo con el relato de los hechos detallados en la minuta, la División de Homicidios de Barinas, en Socopó, después de las investigaciones determinó que Pérez, el día de su asesinato, regresó de un viaje que hizo al centro del país acompañado de Uzcátegui, con quien tenía lazos de amistad . Ya cerca de su casa, en la población de Chameta, se les unió Pinilla, el funcionario activo del Cicpc, quien fue el que accionó el arma de fuego con la que hizo el disparo que mató al joven productor agropecuario, y que les facilitó Meza.
Para borrar las evidencias, Uzcátegui y Cadenas regaron gasolina al vehículo con el cuerpo del veterinario adentro. El detective agregado abandonó por sus propios medios el sitio de los hechos y Uzcátegui se quedó para contar su versión de los hechos para desviar las investigaciones y deslindarse de cualquier sospecha en el homicidio de su amigo.
El crimen del joven productor generó diversos comentarios en Socopó, donde los antecesores de la víctima gozan del aprecio de la comunidad, así como en Chameta, localidad donde viven.
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