Acarigua.- Cada vez que debe salir de su casa e ir a cualquier lugar fuera de su barriada, Reina Gil Parra usa un triciclo para transportarse ella, su esposo y sus dos hijos y así evitar que sus cuerpos entren en contacto con el agua putrefacta que desde hace seis meses inunda cuatro de los cinco calles de la comunidad Santa Sofía, y de otros dos sectores de la zona sur de Acarigua, en Portuguesa.
Como la de esta mujer, dedicada a la venta informal de detergentes, nada más 1.200 familias del sector Santa Sofía se las ingenian para no contaminarse con las aguas servidas, que en unos casos llega a los bordes de las viviendas y en otros corren a los patios de las casas.
Las vías de esta comunidad se ha convertido en un río y también las de los barrios Francisco de Miranda y Antonio José de Sucre, conocido también como El Golfo, donde algunas calles carecen de asfalto. Los vecinos han tenido que colocar piedras grandes para saltar y no pisar el agua sucia.
Las cloacas brotan justo en la calle donde se unen las tres comunidades. Aunque estos sectores son parte del municipio Páez, los vecinos aseguran que el problema debe ser resuelto por la Alcaldía de Araure, puesto que la génesis del colapso se presenta en la red de aguas servidas de la urbanización Prados del Sol, ubicada también en la avenida circunvalación, pero en jurisdicción de Araure.
“Somos personas humildes, pero merecemos mejores condiciones de vida. Por el frente de mi casa pasan las heces y mis hijos se me han enfermado. Varias personas, sobre todo mayores, han caído en esas aguas y yo he tenido que prestar el baño de mi casa para que la gente pueda sacarse esa suciedad», expresó Gil Parra.
Cansados de la indiferencia gubernamental, a la que también se ha unido Hidrosportuguesa, donde los vecinos han llevado un sinnúmeros de oficios; este jueves 21 de noviembre, luego de una discusión entre los residentes de los barrios afectados, todos lograron ponerse de acuerdo y trancaron la avenida Negro Primero, vía al Complejo Habitacional Simón Bolívar, hasta donde llega el agua de cloacas.
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“Son heces las que vemos correr por el frente de nuestras casas. También cualquier tipo de larvas. Nadie puede imarginarse cómo es vivir así, solo los que estamos aquí”, dijó Dayana Alvarado, indicando que son varios los niños y adultos mayores de las comunidades que ya están presentando cuadros diarreicos, de vómitos y enfermedades en la piel.
Antes de trancar con cauchos la vía, los vecinos usaron los escombros y la tierra e hicieron un muro de contención en la comunidad de Santa Sofía, que es el lugar donde desembocan las aguas residuales, formando una especie de laguna, que no sirvió de nada porque las cloacas siguieron corriendo a sus anchas por las tres comunidades.
Los denunciantes, unidos en una sola voz, exigieron al alcalde Efrén Pérez presentarse en la comunidad y pasar una mañana con los vecinos, soportando los malos olores para que corrobore las condiciones de insalubridad en las que están viviendo unas 3.000 familias en total.
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