Acarigua.- De 17 máquinas de hemodiálisis que se ubican en las dos áreas del primer piso de Servicios Nefrologicos A.C (Senaca), en Acarigua, estado Portuguesa, solo cuatro están trabajando a «medias» para atender a 86 pacientes. No obstante, los pacientes renales que este lunes 22 de junio, acudieron a la unidad para ser conectados y cumplir su tratamiento, se encontraron con que ninguna de las máquinas funcionaba.
Entre pacientes y enfermeras que llevan años viendo cómo funcionan los aparatos, pudieron poner marcha cuatro de ellos y, de dos en dos, fueron entrando los enfermos para recibir la terapia. La poca cantidad de máquinas causó retardos en el turno, e incluso, muchos temían quedar por fuera. No es la primera vez que algunos dejan de recibir el tratamiento o se les reducen las horas por la falta de máquinas.
«Hace menos de una semana se denunció que nueve (máquinas) estaban dañadas, y por eso nos habían dicho que reducirían las horas a dos y media, para que todos tuviésemos oportunidad, pero ahora estamos peor. Ya no son ocho y nueve máquinas malas, sino 13 y las que funcionan, nos dan una diálisis deficiente» dijo a El Pitazo, Marialber Martínez, en medio de una protesta que hicieron los pacientes pacientes para llamar la atención de la coordinación del servicio.
De 22 máquinas que existen en los dos pisos del lugar, cinco son usadas por pacientes que poseen otras enfermedades. A estas no pueden ser conectados los que no presentan otra patología diferente a la insuficiencia renal.
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En el primer piso del edificio, ubicado en la avenida Alianza del centro de Acarigua, hay dos salas, una con ocho máquinas y la otra con nueve, pero los aparatos ya no funcionan con repuestos de segunda mano o repotenciados. «Las que medio sirven no dan una diálisis de calidad porque están desgastados o sucios e igual nos contaminamos», dijo Roberto Matute.
Matute y varios de sus compañeros han sido diagnosticados recientemente con derrame pleural, o líquido en los pulmones, debido a que el tratamiento de hemodiálisis no es efectivo. «Otros sienten vómitos, escalofríos, debilidad y dolor en huesos», agregan.
De no recibir sus diálisis oportunamente, no solamente corren el riesgo de que la sangre se les contamine, sino que pueden hasta morir, y es precisamente el mayor temor de los más de 80 pacientes de este unidad.
Sin transporte
Aunque por el periodo de contingencia se le ha garantizado una unidad de transporte a los pacientes del municipio Turén, lo retrasos por la poca cantidad de máquinas, les dificultan el retorno a sus hogares.
«Si salimos después de las 5:00 pm no encontramos cómo irnos, así que nos toca irnos al hospital (de Acarigua) a pasar la noche allá, esperar que amanezca y poder agarrar transporte público», contó Mireya Gaviria.
