Guanare.- El caos no cesa en el retén policial de Acarigua. Los 160 presos ratificaron este jueves 11 de julio la huelga de hambre indefinida que mantienen desde el pasado lunes, se negaron a consumir agua y dulces, las únicas fuentes de energía que venían consumiendo desde que iniciaron la protesta.
El conflicto, planteado inicialmente como método de presión contra la insalubridad generada por el colapso de las aguas negras, la proliferación de gusanos y la falta de agua potable por tubería, se radicalizó ahora ante la tardanza de traslados a centros de reclusión cercanos y de fácil acceso para sus familiares.
Precisamente los familiares de los reclusos exigieron este mismo jueves un pronunciamiento de los tribunales, la Fiscalía y la Defensoría Pública. Plantearon que los cambien de centro de reclusión porque están en riesgo su salud. «Decenas de gusanos y alimañas emergen de las cloacas colapsadas», argumentaron.
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Incertidumbre y desorden
Desde el lunes 8 de julio los familiares de los presos, del Centro de Coordinación Policial José Antonio Páez, permanecen en las afueras del recinto ubicado en Campo Lindo. Han reclamado la reiterada violación de los derechos humanos de sus allegados y cuestionan la incertidumbre que gira en torno a los centros de reclusión a los que serán trasladados.
«Nos pusieron a correr por ropa porque se los llevarían, y al final de la tarde del martes los bajaron de la unidad y los volvieron a encerrar”, relató una madre al medio informativo local Última Hora.
La pretendida reubicación de los presos de Acarigua es cuestionada por sus familias. Según la mujer, «hay casos de personas que tienen dos familiares presos y a uno se lo quieren mandar a Falcón y al otro a Barinas, cuando ya los habían destinado para Barquisimeto».
A juicio de la ciudadana, lo natural sería que los 160 internos sean trasladados al Centro Penitenciario de Los Llanos en Guanare.
«Es evidente el desorden que hay con los traslados a cargo del fiscal Gustavo Torrealba. Sin que medien razones los quieren mandar a cárceles en Coro, Cumaná, Barquisimeto, Barinas, Yare, Tocuyito, aquí la mayoría de los familiares no cuenta con recursos para estar viajando ni hacer diligencias en los tribunales», contó la mujer al diario de Acarigua .
«Aquí hay personas que ya están a punto de recuperar su libertad por haber cumplido sus sentencias y los quieren enviar a penales afuera, por pura maldad”, manifestó la entrevistada .
La huelga de hambre en los calabozos de la Policía de Páez se inició a 45 días después de registrarse el motín que dejó un saldo de 29 reos muertos y 27 heridos, entre funcionarios y reclusos, tras la explosión de tres granadas durante la madrugada del viernes 24 de mayo.