Guanare.- Este martes 15 de diciembre, cuando más de la mitad de la población padecía un apagón eléctrico por 14 horas, quedó inaugurada la Ciudad Judicial de Guanare en un acto especial presidido por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, y el presidente de la dirección ejecutiva de la magistratura, Jessy Arias.
Moreno llegó a la nueva sede del Poder Judicial de Portuguesa en una avioneta que aterrizó en el patio central de la obra. Allí lo esperaban las autoridades regionales encabezados por el gobernador Rafael Calles y el alcalde Oscar Novoa para un acto que no contó con asistencia de público. Días antes había hecho lo propio Yessy Arias, quien arribó al edificio piloteando por si mismo un helicóptero en una visita de inspección de los trabajos.
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La Ciudad Judicial de Guanare, una edificación de tres niveles, cuyas obras están inconclusas desde 2005, queda habilitada en sus áreas externas y en la plantas baja . Aunque los trabajos para su conclusión se retomaron desde mitad de 2020 , los recursos no alcanzaron para terminarla. La mayoría de las oficinas y las salas de audiencia y de juicio no se concluyeron, mucho menos las salas de reclusión de alguacilazgo, dijo una fuente cercana a la empresa constructora.
En las redes sociales no dejaron de circular las críticas contra la opulencia del acto inaugural, especialmente por la forma en que llegó la comitiva y por el despliegue de seguridad en torno a la presidente del TSJ. Más de una docena de funcionarios civiles armados rodeaban todos los costados de Moreno.
«Tremendo teatro en esta falsa inauguración de la ciudad judicial. Que descaro, los tribunales sin recursos primarios y estos haciendo sus payasadas», se leía al pie de fotografías colgadas en las historias de WathsApp de personas allegadas al poder judicial.
El circuito judicial de Guanare sobrevive en medio de una crisis que reacae sobre los usuarios. Desde resmas de papel y carpetas para copiar y archivar los expedientes hasta el gel antibacterial para ingresar a la sede judicial deben ser sufragado por los familiares de los presos, revela un informe consignado a El Pitazo por defensores técnicos privados.
Por su lado, los empleados hacen colectas entre ellos para comprar lápices y libretas para llevar el control diario y hasta compran toner, bombillos y enchufes, declararon directivos sindicales durante su última protesta salarial de este año.
