Los jubilados aseguraron que a ellos les niegan las medicinas, pero personas ajenas a la universidad sí son beneficiados. Foto: Marieva Fermín
Barinas.- El racionamiento en la entrega de medicinas al personal de la Universidad Experimental de los llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez), a través del Sistema de Protección Médica Asistencial (Siproma), fue denunciado por un grupo de jubilados que fueron víctimas de la selectividad que aplica el nuevo encargado de esa dependencia a la hora de entregar los medicamentos solicitados.
Una de las afectadas afirma que acudió a esa dependencia en busca de su medicina para el control de la hipertensión. El nuevo encargado de la farmacia de Siproma, de apellido Herrera, le negó que hubiera existencias en el depósito; no obstante, otra persona que llegó un poco después sí pudo obtener el fármaco sin problemas.
Visto el descaro, la jubilada insistió en solicitar el antihipertensivo con la seguridad de que sí lo había, porque ya lo habían entregado a otra persona, y al encargado no le quedó más remedio que entregárselo, aunque la señora no corrió con la misma suerte con el resto de los fármacos que necesitaba.
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La situación, que se presenta con frecuencia, según los jubilados, tiene molestos a muchos trabajadores de la Unellez, toda vez que en el depósito que funciona como farmacia de Siproma ya se ha vuelto recurrente que nieguen los medicamentos a los beneficiarios, mientras que personas ajenas a la universidad sí son favorecidos.
Las exempleadas llamaron la atención de las autoridades universitarias para que atiendan sus reclamos e indaguen, con la seriedad del caso, qué ocurre realmente con las medicinas que llegan a esa dependencia, pero que no son precisamente los empleados, docentes y obreros, activos o jubilados, quienes se benefician con ese programa.
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