Hoskimoto Lovera, madre de la joven sargento Mariola Sarahí, asegura que no descansará hasta que se haga justicia por la muerte de su hija | Foto: Archivo El Pitazo
San Juan de los Morros.- La muerte de la sargento segundo del Ejército Mariola Sarahí Parada Lovera no es un caso resuelto para sus familiares y, en especial, para su madre Hoskimoto Lovera, quien exige al Ministerio Público el esclarecimiento de este hecho, el cual fue calificado por la Región Estratégica de Defensa Integral (Redi) los Llanos como un suicidio.
«Mi hija no era capaz de suicidarse», aseguró a El Pitazo la madre de Parada Lovera, una joven de 19 años quien falleció la tarde del domingo 2 de febrero, en las instalaciones de la 43 Brigada de Artillería del Fuerte Conopoima, en San Juan de los Morros, estado Guárico.
De acuerdo con el reporte de la Redi los Llanos, la sargento le arrebató un arma de alto calibre AK-103 al soldado de guardia, Luis González Blanco, mientras este encendía las luces del pasillo de la unidad, y se disparó en la región occipital.
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«Pido que el caso de mi hija no quede como otro caso más, porque hoy fue mi hija, pero mañana puede ser otra funcionaria», declaró Lovera a El Pitazo hace tres meses, cuando pidió por primera vez a los organismos judiciales la investigación de lo ocurrido.
Aún sin aclarar las dudas ante el hecho donde perdió la vida su hija Mariola Sarahí; tres meses después, este 5 de mayo, Hoskimoto alza su voz para exigir una vez más justicia. Explicó que el caso fue remitido a la Fiscalía 21 en Guárico, pero indicó que el expediente llegó incompleto.
«No tiene el protocolo de autopsia, está sin prueba balística y ninguno de los otros exámenes practicados al cuerpo de mi hija», denunció Lovera, quien destacó que los presuntos implicados en la muerte de su hija están en libertad: «A uno de ellos lo sacaron del estado», apuntó.
La madre resaltó que no descansará hasta que se haga justicia en el caso de su hija Mariola y reiteró el llamado al Ministerio Público para que se esclarezca lo sucedido la tarde del 2 de febrero, en el Fuerte Conopoima.
Hay allegados a Mariola que, como su madre, no terminan de creer la tesis del suicidio con un arma de alto calibre AK-103 y esperan que la Fiscalía 21 le de celeridad al caso.
Ante las oponiones encontradas, respecto a la posibilidad de que una persona se quite la vida con un AK-103, el equipo reporteril de El Pitazo en Guárico conversó, vía telefónica, el pasado 5 de febrero, con un experto en criminalística, quien pidió reservar su identidad y explicó que el tamaño del arma dificulta la acción para dispararse en la región occipital: «Es poco probable que esto ocurra, pero si existe la posibilidad».
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El funcionario, con amplia experiencia en el área de la criminología, aclaró que la clave para determinar si ocurrió un suicidio o un homicidio está en una serie de pruebas: «Hay que hacer el Análisis de Trazas de Disparos -ATD-, determinar la trayectoria de la bala, la posición del arma y la autopsia forense. Estos elementos, más el reconocimiento del lugar donde sucedió», señaló.
El AK – 103 es un fusil de fabricación rusa, calibre 7.62 milímetros. Tiene un alcance de 400 metros, pesa un aproximado de 3,5 kilogramos. Su medida máxima (con la culata desplegada) es de 943 milímetros y con la culata llegada mide unos 700 milímetros.
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