Hospital de Socopó funciona gracias a la voluntad de su personal

Barinas.- La voluntad de trabajo de su personal y las colaboraciones de algunos benefactores de la población, son los motores que mantienen en pie al hospital José León Tapia de la población de Socopó, capital del municipio Antonio José de Sucre del estado Barinas.

Su director, Hernán Paredes, reconoce que como en el resto del país, el centro hospitalario también tiene carencias, aunque las autoridades regionales de salud y el propio gobernador Argenis Chávez hacen lo posible por mantenerlo operativo.

Para tratar de resolver los problemas, Paredes dijo que se ha convertido en mediador más que en acusador, y que es así como se mantiene operativo el hospital donde la emigración ha dejado varios puestos vacantes de médicos especialista.

La crisis de la salud, que se agrava con las constantes suspensiones del servicio de energía eléctrica y con la falta de insumos, les ha llevado, por ejemplo, a que pacientes y familiares lleven su propia bombona de oxígeno para las intervenciones quirúrgicas, ya que la deuda que el Ministerio de Salud tiene con los proveedores impide la adquisición de equipos.

Paredes indicó que anteriormente, en alto riesgo obstétrico, se atendían 96 pacientes. Hoy se ven entre 200 y 240 mujeres, mientras que en medicina general la cifra pasó de 70 consultas a superar las 350.

El hospital tipo I de Socopó atiende a una población que supera las 120.000 personas del municipio. No obstante, de las 40 camas que hay para hospitalización, apenas hay 26 operativas porque el uso y el abuso ha acabado con los colchones. Hay una planta para suplir las fallas de electricidad, pero su mantenimiento en cuanto a lubricantes es costoso, aunque hay benefactores que colaboran para el suministro del aceite, cuyo precio es de 4 dólares por litro. La máquina utiliza 40 litros.

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Paredes refirió que las variaciones del fluido eléctrico han quemado varios aparatos del centro de salud. “Nos quema las bombas de agua, nos quema los aires acondicionados, nos quema las neveras, se nos han dañado muchas cosas y hemos tratado de reponer las que se pueden”, dijo.

Reconoció que la Gobernación les donó una bomba hidráulica de cinco caballos de fuerza para distribuir agua desde el depósito hasta todas las instalaciones del centro hospitalario, pero las constantes variaciones de voltaje la quemaron. Ahora tienen una bomba más potente que les envió la Dirección Regional de Salud.

Para evitar que se les presente algún inconveniente con las fallas de energía eléctrica durante alguna intervención quirúrgica, a los pacientes se les pide como una única colaboración que aporten un litro de aceite para la planta para encender la planta en caso de emergencia.

Paredes reconoció que la gente que la actual directiva es gente comprometida y con amor a su trabajo. “Los directores de todos los hospitales del estado hablamos el mismo idioma, con las mismas preocupaciones, con el mismo problema del combustible, con el mismo problema de aceites, algunos con más apoyos que otros por parte de la alcaldía, y el gobernador está haciendo un gran esfuerzo por mantener activos los hospitales”, afirmó.

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