San Juan de los Morros.- La niña Isamar Yohelin Orta Rondón, de tres años de edad, falleció el jueves 22 de octubre a causa de un shock séptico por peritonitis aguda en el Hospital Central de Maracay (HCM), estado Aragua.
Así lo reseñó el acta de defunción que recibieron sus familiares, quienes en medio del dolor denunciaron que la muerte de Isamar fue producto de la negligencia de los médicos que la atendieron entre el 12 y 21 de octubre en el hospital Francisco Urdaneta Delgado de la parroquia Calabozo, en el estado Guárico.
Gladys Torres, tía de la niña, explicó que Isamar ingresó el 12 de octubre al hospital de Calabozo, con dolor abdominal, el estómago inflamado y dificultad respiratoria. Los médicos que la atendieron durante la hospitalización indicaron diversos exámenes de sangre, RX y ecos abdominales.
A pesar de los múltiples estudios, los profesionales de la salud no lograron dar con la patología que afectaba la salud de la pequeña, señalaron los familiares, que después de cuatro días de hospitalización empezaron a preocuparse.
Torres cuenta que hubo un primer intento para trasladar a la niña a la capital del país. Sin embargo, los médicos tratantes aseguraron que solo tenían la autorización para traslados en el mismo estado llanero, indicó Gladys.
La posibilidad de llevar a Isamar hasta el hospital Israel Ranuárez Balza, en San Juan de los Morros, fue negada en varias ocasiones, con un mismo argumento: «la información era que San Juan de los Morros no tenía camas», en referencia a la presunta ausencia de cupos para hospitalización en el principal centro de salud de la capital llanera.
Una fuerte discusión entre los parientes cercanos de Isamar y el director del hospital de Calabozo generó el traslado de la pequeña paciente hasta el Ranuárez Balza.
«Al llegar fue atendida de inmediato. La atención fue oportuna, como debió ser aquí, en Calabozo», cuenta Gladys, quien destacó la rapidez con la cual una médico del hospital sanjuanero trató el caso de Isamar.
A pesar de la prontitud de los profesionales de salud que recibieron a la pequeña en San Juan, las condiciones del hospital no permitieron realizar una cirugía. «La niña necesitaba un respirador; la metieron a quirófano, pero no la operaron porque no había un ventilador —mecánico— y de inmediato la misma doctora gestionó un traslado a Maracay».
Los familiares de Isamar agradecen el esfuerzo de quienes trataron a la niña en San Juan y en el Centro Médico de Maracay, donde la lograron intervenir quirúrgicamente. «Allá en Maracay los médicos la estaban esperando y la operaron al llegar. Ella estuvo unas horas en observación, pero no soportó la operación», lamentó la tía.
Ismar Rondón, la madre de la niña; su tía Gladys y toda la familia hoy intentan seguir adelante, a pesar del dolor que representa la irreparable pérdida física de Isamar.
«Sabemos que la vida de Isamar no la vamos a recuperar; sentimos un vacío tremendo y nos duele, como también nos duele saber que su muerte fue por la negligencia, la dejadez de un grupo de médicos que prefirió ahogarse en su ego y no dieron con un diagnóstico oportuno que le hubiese salvado la vida a nuestra niña», contó Torres.
La familia de Isamar relató lo sucedido a El Pitazo por vía telefónica con el propósito de que las autoridades investiguen este caso médico y más allá, que sirva de reflexión para aquellos profesionales de la salud que hoy no le rinden honor a su juramento y ponen en riesgo la salud de los pacientes.
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