Acarigua.- 227 familias de las urbanizaciones El Este y Parque del Este, en Acarigua, estado Portuguesa, cumplen alrededor de un mes sin recibir una gota de agua en las tuberías de sus casas, luego de la avería de la bomba que sirve al pozo N° 10, que parcialmente distribuía el servicio a unas siete comunidades de la zona.
Este martes, 7 de septiembre, un grupo de vecinos de ambas comunidades salió a las calles a protestar contra lo que calificaron de incompetencia de los entes gubernamentales, la Alcaldía del municipio Páez y la hidrológica estatal.
«Si no están en capacidad de resolver el problema renuncien, pero la situación no puede seguir así, estamos cansados de cargar agua y pasar penurias por su incompetencia», expresó David Prada, vecino de la urbanización El Este, quien aseguró que, aunque las fallas en el servicio las padecen hace años, en las últimas semanas se han agravado.
Indicó que hace unos 10 años, los urbanismos quedaron sin el pozo 9, que era el que los abastecía. «Trabajadores de la empresa de electricidad se llevaron los transformadores y nunca volvieron. Quedamos todos dependiendo del pozo 10, que es insuficiente para tantas comunidades y ahora queda fuera porque se quemó un aparato», explicó el vocero vecinal.
Prada advirtió que no solo los residentes de la zona se ven afectados por la escasez del servicio. Lamentó que también padezcan por la situación los enfermos y el personal del ambulatorio Adarigua, el más importante de Acarigua, y que se ubica en la entrada de la zona este. «Hay enfermeras que han tenido cistitis u otras enfermedades, porque no pueden usar los baños. No es posible que no hagan nada cuando es un ambulatorio tan importante para todas las comunidades», expresó.
Prada destacó que en la urbanización reside el alcalde de Páez, Efrén Pérez, quien pese a que ha sido abordado por los vecinos que buscan soluciones a la problemática, afirma que se encuentra de brazos cruzados y culpa a Hidroportuguesa.
«En otras oportunidades el personal de la alcaldía ha colaborado, pero nosotros hemos puesto los materiales para solventar algunas fallas de las llaves, ahora nadie se hace responsable. El costo de reparación de la bomba es de 12.000 dólares. Aquí todos somos adultos mayores y yo ya estoy cansado de que todas las noches y todos los días debo buscar agua en otras comunidades», expresó.
Carmen Gómez, también habitante de la zona, manifestó su preocupación por los casos de COVID-19 que se han registrado en la urbanización, donde no se puede cumplir con los protocolos de aseo por la falta de agua. «No estamos pidiendo un lujo, esto es un servicio que deben asegurar los entes gubernamentales», expresó