Barinas.- Habitantes de diversos sectores de Barinas y demás municipios del estado llanero expusieron, el miércoles 25 de marzo, la dificultad de cumplir con las medidas de higiene sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir el COVID-19. Indicaron que los inconvenientes surgen por la escasez de agua potable que padecen desde finales del 2019.
En diversos sectores, como la urbanización Cuatricentenaria, ubicada en la parroquia El Carmen, María del Carmen Rivas denunció que sus familiares pasaron 10 días continuos sin agua. Les llegó el lunes 23 durante el día, pero solo por 24 hora porque nuevamente están sin el servicio.
En los bloques de la Palacio Fajardo, en la parroquia Rómulo Betancourt, un vecino que habló en calidad de anónimo dijo que en ese urbanismo hay alrededor de 250 familias afectadas por las fallas del agua y eso les impide cumplir con las medidas de higiene recomendadas por la OMS para prevenir el nuevo coronavirus.
Aseguró el residente que desde diciembre no gozan de ese servicio público, según les informaron, debido a que se dañaron dos bombas de agua en la planta de tratamiento del río Santo Domingo. Hace tres semanas les repusieron el suministro por solo 24 horas.
El vecino alegó que el consejo comunal del sector no hace nada por buscar solventar el problema y que la empresa prestadora del servicio, Hidrológica de Los Andes (Hidroandes), envía cisternas únicamente a los edificios donde habitan sus trabajadores. Explicó que por esa razón algunos propietarios han optado por hacer sus propias perforaciones en las áreas comunes de los bloques.
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Refiere el vecino que donde él vive -bloque cuatro, edificio uno- la mayoría son residentes de la tercera edad que están enfermos: «Hay personas discapacitadas que requieren de atención priorizada», comentó.
En Sabaneta, capital del municipio Alberto Arvelo Torrealba, los habitantes también padecen por la escasez de agua potable. El viejo acueducto no tiene capacidad para cubrir la demanda, y del acueducto metropolitano que iniciaron hace más de una década, no quedan ni las cabillas.
Al menos 70% de los habitantes de esa población buscan agua en casa de vecinos que tienen pozos con motobombas o manuales. En ocasiones llega dos veces a la semana, pero hay sectores que tienen meses sin el suministro.
Buena parte del pueblo se dirige con sus botellones y envases a llenarlos en un sector conocido como La Isla. «Hasta la Guardia Nacional y la Policía Regional buscan agua ahí para sus cuarteles», comentó un vecino que suministró la información vía telefónica a El Pitazo.
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