Acarigua.- Desde mayo del pasado año, unos 35 trabajadores que quedaron desempleados luego de que el Gobierno nacional interviniera administrativamente la empresa Unidad Regional Acarigua Plásticos (Uraplast), con sede en el estado Portuguesa, reclaman la cancelación de sus prestaciones sociales.
En su mayoría son personas que estuvieron prestando servicios en la empresa por más de 20 años y que se vieron obligados a renunciar al estar contra la ocupación forzosa que el Ejecutivo inició sobre la empresa desde comienzos de 2019. Además de ellos, también se han visto afectados unos 20 empleados, que se mantienen en nómina, pero que por razones políticas se les impide la entrada a la planta.
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Este miércoles 15 de enero, el grupo de ex trabajadores, encabezados por Alexander Díaz, acudió a la Inspectoría del Ministerio del Trabajo en la ciudad de Acarigua, donde sostuvieron un encuentro con los representes de este órgano rector, a quienes les manifestaron el incumplimiento que ha mantenido la junta interventora, designada según Gaceta Oficial N° 41.642 de fecha 28 de mayo de 2019
“Afirman que nos van a cancelar lo que nos adeudan, pero no dan la formalidad ni dicen de dónde van a salir los recursos, y eso nos preocupa, porque sabemos que la empresa no tiene ni el 1% de producción, así que están prometiendo algo que no van a cumplir”, expresó Díaz.
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La Ley Orgánica del Trabajo establece que un empleado al quedar cesante tiene cinco días para que se le cancelen las prestaciones, en este caso ya han transcurrido siete meses y no han recibido lo que les corresponde.
“Una vez más le hacemos un llamado a la junta administradora, principalmente al representante del Estado, y por supuesto al gobernador Rafael Calles, que está en pleno conocimiento del caso, a que terminen de respondernos a nosotros y definan el cronograma de pago de las prestaciones sociales”, precisó el vocero de los exempleados.
Por 40 años, la Unidad Regional Acarigua Plásticos (Uraplast) fabricó y exportó tubería de plástico y de policloruro de vinilo (PCV) con el sello Norven. La producción mensual fue de 20 toneladas de este tipo de material, que incluso fue utilizado para la construcción de casas de la Gran Misión Vivienda Venezuela. En la actualidad, la planta se encuentra prácticamente paralizada.