Acarigua.- En 11 de los 14 municipios del estado Portuguesa se llevaron a cabo concentraciones y protestas, este lunes 5 de octubre, con motivo del Día Internacional del Docente, acciones que fueron respaldadas por otros gremios profesionales, miembros de la sociedad civil y partidos políticos de oposición.
En Esteller, Páez, Guanarito y Papelón la convocatoria fue más concurrida, que en otras jurisdicciones como Agua Blanca, Guanare, San Rafael de Onoto, Santa Rosalía y Unda. Sin embargo, en cada punto, los maestros hicieron sentir su descontento por el salario mínimo que hoy en día perciben y que no llega a un dólar mensual, y las pésimas condiciones para el inicio del nuevo año escolar.
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En Acarigua, la concentración fue en el boulevard San Roque. En el lugar se unieron docentes y sociedad civil de las ciudades hermanas (con Araure). Hubo maestros activos y también los jubilados con banderas y pancartas; tampoco faltaron las consignas.
Iván Bravo, presidente del sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (Site), filial de Fetrasined, en representación del gremio, responsabilizó al Nicolás Maduro, y al Ministro de Educación, Aristóbulo Isturis, de la paralización de las actividades académicas en el país, por no garantizar las condiciones necesarias para el inicio del año escolar.
«Aunque estamos en plena pandemia por el COVID-19, un virus que ha matado a mucha gente, con gallardía los docentes y quienes nos acompañan, hoy preferimos estar en la calle exigiendo nuestros derechos que estar encerrados en las casas muriendo de hambre, a mengua«, expresó Bravo, destacando que es inadmisible el retorno a clases, puesto que no hay condiciones sanitarias ni técnicas para atender a los estudiantes ni presencial ni online.
Por su parte, Giovanni Martínez, en representación de los maestros jubilados y pensionados, lamentó que el salario del personal educativo se haya pulverizado completamente, al punto que no alcanza para cubrir los gastos de un día de alimentación, por lo que muchos profesionales del sector han tenido que migrar a otras áreas.
«Hace más de 15 años yo pude criar a mis hijos, mantener a mi familia y darles educación y todo lo necesario con mi sueldo. Hoy en día, lo que gano no me alcanza ni para mantenerme a mí. No es justo que estemos muriendo de hambre, pasando necesidades.
Otros gremios, la misma petición
Heriberto Delgado, vicepresidente del Colegio de Enfermería de Acarigua-Araure, gremio que acompañó la concentración, precisó a El Pitazo que enfermería y el resto de los profesionales de la administración pública, mantienen la misma exigencia que los docentes: un salario acorde a la realidad inflacionaria del país.
«Esta no es sólo la lucha de nuestros maestros, los que educan a nuestros hijos y nietos, esta también es nuestra, porque tenemos las mismas necesidades ante un salario que ha sido de hambre y miseria, y que hoy no llega ni a un dólar. Es por ellos que pedimos a la administración de Nicolás Maduro, sueldos dignos para todos los trabajadores del Estado», expresó el líder gremial.
Poca participación en Guanare
Los docentes de la capital del estado se concentraron desde las 10:00 am en la plaza Bolívar de la ciudad. En un número no mayor de 100, se apostaron al pie de la estatua del Padre de la Patria y corearon consignas, al tiempo que exigieron al gobierno de Nicolás Maduro la adecuación del salario y la aplicación inmediata de nuevos seguros médico y funerario.
María Delgado, maestra de aula en el barrio San Antonio, exigió que se le cancele, al menos, $600 al mes y se le garantice protección ante la pandemia de COVID- 19. «Sólo con esas condiciones iniciaremos las actividades del nuevo año escolar«, dijo la docente al exigir remuneraciones que satisfagan las necesidades básicas de alimentación y salud de sus familias.
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El sindicato único de educadores jubilados y pensionados exigió, por su parte, el derecho de los maestros a tener calidad de vida. «Hay una violación de los derechos sociales de los trabajadores que debemos rechazar con acciones de calle,» señaló Irma Mendoza en un comunicado enviado a El Pitazo.
«Luego del cumplimiento del deber por más de 25 años no podemos callar la grave crisis que nos agobia ante la indiferencia de los órganos garantes de la protección de nuestros derechos», argumentó la dirigente.
