Acarigua | Pastoral Social ofreció almuerzos a recluidos en centro Negra Hipólita

Acarigua.- La Pastoral Social de la parroquia San Miguel Arcángel de Acarigua, en Portuguesa, ofreció este domingo 7 de junio, almuerzos a personas recluidas en Centro de Inclusión Social Teresa Heredia de la Misión Negra Hipólita, y también a otros de escasos recursos, en su mayoría adultos mayores que deambulan por las calles de la ciudad.

La actividad forma parte del proyecto Ollas Comunitarias, que en todas las parroquias eclesiásticas va de la mano con las jornadas promovidas por la Pastoral Social y Cáritas. En el centro de inclusión, situando en la esquina de la calle 33 con avenida Alianza de la zona comercial de Acarigua, se atendieron a ocho ciudadanos que allí permanecen recluidos. Otros 30 almuerzos se repartieron en la Plaza Bolívar de la localidad. 

Además de disfrutar un hervido de granos y costilla, preparado con el mejor sazón y toda la dedicación de ocho miembros de la Pastoral Social, los comensales también participaron en oraciones y lectura del evangelio.

Quienes son parte en estas acciones sociales tienen claro que el objetivo fundamental es ayudar al más necesitado frente a la emergencia humanitaria compleja que se vive en Venezuela. 

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“Nos hemos abocado a esta tarea para brindarles el almuerzo no solo a las personas que residen en este centro, sino también a niños, ancianos y gente en condición de calle que requieren de nuestra ayuda y solidaridad, y lo hacemos con amor, disposición y sin esperar nada a cambio, más que la satisfacción de saber que se está haciendo el bien», afirmó a El Pitazo Mariela Monsalve de Figueredo, a cargo de la actividad.

Hasta finales de 2019, el grupo de mujeres y hombres hacían posible preparar más de  500 almuerzos en la iglesia San Miguel Arcángel, para quienes dormían y deambulaban en los alrededores de la Plaza Bolívar de la principal ciudad de Portuguesa; sin embargo, por las limitaciones, la actividad ahora se realiza cada comienzo de mes. 

Las donaciones para llevar a cabo esta obra, han venido de la feligresía que acude a la Iglesia, pero también se han sumado familias de los promotores, comerciantes y particulares. 

«Todos han dado sus aportes y han sido muy solidarios al ver  tanta necesidad que hay en la calle, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Ya casi  nadie sale a repartir como antes, porque todos debemos cuidarnos, pero cuando nos falta, cada quien pone algo. Es por una causa que vale”, precisa Mariela Monsalve.