Mérida, Valera y San Cristóbal.- Para llegar a la capital de Venezuela desde los estados andinos del país se necesitan mínimo 100 dólares por persona. El trayecto más económico es Valera-Caracas, mientras que el más costoso es el que sale desde San Antonio del Táchira, en la frontera con Colombia. Los viajes en autobuses que salen desde terminales terrestres aún no están permitidos, por lo que las opciones son taxis o vehículos particulares.
En las afueras del terminal de pasajeros de Valera los taxistas esperan por viajeros para trayectos largos, ya que los traslados en autobuses solo están permitidos hasta la localidad de Timotes y otros destinos dentro del estado, cuyas distancias no superen los 70 kilómetros. Los choferes cobran entre 100 y 150 dólares por puesto para ir hasta Caracas.
Desde la ciudad de Mérida, por su parte, un vehículo particular ofrece trasladar cuatro pasajeros en un mismo viaje a razón de 170 dólares cada uno. La oferta indica que incluye el salvoconducto que exigen funcionarios militares y policiales en la carretera y detalla que se admite una sola maleta por pasajero. «Esto es porque uno a juro tiene que llevar al menos dos pimpinas de gasolina para ir y volver», dijo a El Pitazo el conductor, cuyo nombre pidió omitir y quien en todo el viaje no enciende el aire acondicionado para ahorrar combustible.
Viajar desde San Antonio del Táchira a Caracas, en cambio, tiene un costo de 180 dólares o 630.000 pesos colombianos por puesto, mientras que desde San Cristóbal un taxi completo cobra hasta USD 600. En esta entidad del país la moneda de mayor circulación es el peso colombiano, por encima del bolívar o del dólar estadounidense.
José Duarte labora como taxista en San Antonio del Táchira, pero desde hace dos meses está viajando hacia el centro del país, ya que en un solo viaje gana lo que puede lograr en un mes de trabajo en los municipios fronterizos con Colombia. En cada viaje carga con tres pimpinas de gasolina y lleva el tanque full. El combustible lo compra a revendedores a 3.000 pesos el litro, o a 60.000 o 70.000 pesos la pimpina que contiene 20 litros.
“Cuando están vendiendo gasolina sin problema en Caracas y Valencia pues echo gasolina allá y no me gasto todas las pimpinas, pero a veces no se puede abastecer allá y prefiero llevar de más para no correr ningún riesgo. A los guardias (nacionales) también debo dejarles uno 20.000 o 50.000 pesos en las alcabalas, entonces realmente me van quedando libres unos 400 o 500 dólares. Eso si no toca meterle un repuesto al carro en el trayecto, porque si no el gasto es mayor”, contó a El Pitazo.
El conductor manifestó que en cada viaje siente temor de que aparezca un funcionario militar que lo meta preso, o que alguna persona vaya con la intención de robar a quienes están en el taxi y les ocurra algo, pero asegura que no tiene más opción que continuar porque durante los primeros meses de la cuarentena casi no obtuvo ingresos para poder mantener a sus hijos de 2 y 12 años de edad y a su esposa.
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Alexander Castillo es propietario de una línea de taxis que opera en San Cristóbal y que ofrece viajes a distintos destinos del país con servicio ejecutivo. Él mismo también trabaja como taxista, pero el último viaje al centro del país lo hizo hace aproximadamente cuatro meses, a Barquisimeto. La desagradable experiencia que vivió en una alcabala con funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana en Acarigua, estado Portuguesa, lo hizo desistir de hacer traslados largos.
«La última vez que viajé llevé a una pasajera hasta Barquisimeto, pero fue una odisea. Primero me tocó viajar con cinco pimpinas para poder ir y retornar a San Cristóbal. En una alcabala en Acarigua nos revisaron hasta el último rincón del carro y de nuestra humanidad. Nos pasaron a una habitación, nos desnudaron y estuvimos detenidos por más de cinco horas. Lo que buscaban eran dólares. Mi carro lo desarmaron completo y hasta le dañaron piezas que aún no he podido cambiar. Nos dijeron que para continuar el viaje teníamos que darles 30 dólares, pero no accedimos», relató a El Pitazo.
Aunque Castillo ya no hace traslados de San Cristóbal a Caracas, los compañeros que sí lo hacen cobran 600 dólares por el viaje, el doble de lo que costaba antes de la cuarentena. El conductor señala que el incremento se debe a las dificultades que tienen para surtirse de gasolina en la entidad, cuyo calendario de abastecimiento es por terminales de placa y de TAG (Tarjetas de Administración de Gasolina), lo que implica que un mismo vehículo puede abastecerse cada 22 días o un mes. Además, solo pueden poner 40 litros, cantidad insuficiente para ir hasta la capital del país.
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«Aquí las pimpinas están en 90.000 pesos. Para ir a Caracas hay que llevarse mínimo cinco pimpinas, es decir, gastar 450.000 pesos (unos 130 dólares), además de las «matracas» de policías y guardias nacionales en el camino», detalló Castillo.
El taxista viajó recientemente hasta San Antonio del Táchira y contó que en cada punto de control funcionarios policiales y militares cobran entre 10.000 y 15.000 pesos por pasajero para dejarlos transitar.
Con información de María Gabriela Danieri, Mariana Duque y María Fernanda Rodríguez
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