Valera.- Los comercios de productos no priorizados y los vendedores informales del municipio Valera, estado Trujillo, perciben bajos ingresos durante el desarrollo de la segunda semana de cuarentena radical en la región, comentan a El Pitazo este miércoles, 2 de julio, comerciantes del ramo de ferreterías y repuestos.
La principal causa es que no se les permite laborar. Únicamente pueden abrir los negocios relacionados a la alimentación y la salud, en un horario restringido de 7:00 am a máximo 2:00 pm y en cumplimiento del distanciamiento social. Los comerciantes afectados por la medida, que busca prevenir el contagio del COVID-19, aseguran que de ellos depende el sustento de sus familias y trabajadores.
En consecuencia, algunos deciden desafiar la normativa. Atienden a la clientela a puertas cerradas y a espaldas de las autoridades. De acuerdo a los consultados, principalmente del ramo de ferreterías y repuestos, cumplen con las normas de higiene y piden a los usuarios no aglomerarse.
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Vigilancia selectiva
La Policía Nacional Bolivariana (PNB) hace recorridos en el centro y los insta a cerrar, bajo amenazas de sanciones administrativas. Los comerciantes denunciaron que esta vigilancia es selectiva, pues no visitan a todos los locales. Comercios de venta de tela o almacenes de ropa son ignorados.
Incluso reportaron que, en los locales de venta de comida, la ciudadanía incumple con las normas de la cuarentena y los uniformados no los multan. “Nos obligan a cerrar, aunque cumplamos con las normas, pero no van a los chinos, allá sí hay aglomeraciones”, comentó uno de los entrevistados, quien prefirió no dar su nombre.
Desalojo de áreas públicas
Los vendedores informales también manifestaron tener dificultades para ganar dinero. Tienen pocas ventas y los funcionarios no les permiten estar en espacios públicos. A las 12:00 pm deben desalojar las calles o les quitan la mercancía.
“Es bastante difícil. Uno no estaba acostumbrado a trabajar con tapabocas y a parte las ventas han mermado, por el ambiente que hay. Además, los bancos no están trabajando y no hay efectivo. Con la ley uno debe estar pendiente también. Si viene la policía uno tiene que recoger. Yo trabajo hasta medio día”, contó Daniel Ribas, vendedor ambulante de películas.
