Valera.- Los trujillanos hacen largas filas para comprar alimentos no perecederos en los comercios del municipio Valera. Esto se debe a que pese a que el servicio eléctrico se ha restablecido en un 20 %, un 80 % de la población se mantiene sin energía o tiene racionamientos de tres y hasta de seis horas.
Aunado a esto, las transacciones comerciales son limitadas por la falta de dinero en efectivo, la paralización de los bancos y las limitaciones para realizar operaciones electrónicas.
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En un recorrido realizado por varios comercios y supermercados, se observaron a decenas de personas a la espera de comprar granos, harina de trigo integral, harina de maíz, huevos o cualquier alimento que no se dañe. La demora, según informaron, se debe a que los locales trabajan con plantas eléctricas y apenas tenían un punto de venta habilitado.
Coromoto Becerra, habitante de Valera, explicó que se acabó todo lo que tenía en su nevera durante los cuatro días sin electricidad. Apenas en la noche del lunes le llegó y en la mañana de este martes se volvió a interrumpir.
«No tengo nada de comida. Me vine al centro desde temprano. Estoy desde las diez en la cola, y todavía a esta hora (una de la tarde), no he entrado a comprar», comentó la ciudadana en una de las filas de un comercial asiático.
Los comerciantes, para regular la cantidad de compradores, recogieron cédulas y hacían pasar a los usuarios en grupos de diez personas. En las cadenas de supermercados, donde llegó harina a precio establecido, tomaron medidas similares y no permitían el acceso a otros clientes.