Valera.- Trabajadores del transporte público, en el estado Trujillo, se han visto obligados a no prestar el servicio, de acuerdo al esquema 7+7, debido a las dificultades en el surtido de la gasolina en la región.
Uno de estos transportistas es Adrián Ramírez, adscrito a la ruta suburbana entre los municipios Valera- Carvajal, desde hace 15 años.
Esta línea, recuerda el conductor, tenía 140 unidades inscritas, pero actualmente están operativas 60 y, de este número, apenas 3 o 4 pueden salir a circular la semana de la flexibilización de la cuarentena por el COVID-19.
Ramírez, por decisión personal, no volvió a sacar su unidad, ni siquiera en los días correspondientes a su turno. A su juicio, no es rentable laborar una vez al mes.
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Hace 22 días salió por última vez y lo que produjo, durante seis días de manera intercalada con otros compañeros, no fueron suficientes para sus gastos.
Aunque para el hombre, de 39 años de edad, el mayor impedimento para prestar el servicio es el limitado acceso al combustible.
“No es rentable. Es trabajar como para sustentarse el diario, pero cuando se termina el combustible hasta ahí llegamos«, contó Ramírez en la mañana de este miércoles, 2 de septiembre.
Limitado cupo y pocos litros
La E/S El Trapiche, ubicada en la carretera Valera, Trujillo, es la asignada para atender al transporte público, pero únicamente, cada siete días, surte a 25 unidades repartidas entre las rutas de los municipios Valera, Carvajal, Motatán, Escuque, Urdaneta y Rafael Rangel.
Aunado a esto, de acuerdo a Ramírez, de 70 y hasta 80 litros prometidos, hace cuatro meses por la Zona Operativa de Defensa Integral, la cuota bajó a máximo 40 o 30 litros por unidad.
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“Nos estaban dando 70, 60 litros, pero a veces nos daban 30 litros. Con eso uno va a Valera y, cuando regresas, tienes que parar», dijo el chófer, quien confesó el transporte de personas no es su único ingreso.
Hace años que labora como operador de maquinaria pesada y eventualmente consigue contratos con empresas regionales, que le generan hasta 10.000.000 de bolívares a la semana. A diferencia de los 4.000 a 5.000 bolívares generados en su buseta.
“Trabajo con maquinaria, no dependo solo del transporte, busqué otras opciones, como es el deber ser», confesó el conductor.
No obstante, no todos sus colegas han tenido esa suerte. Otros han parado sus carros y recurrir a bonos gubernamentales o trabajos manuales en el campo.
