San Cristóbal.- Familiares de pacientes con COVID-19 recluidos en el Hospital Central de San Cristóbal, denunciaron este martes 1 de junio a los medios de comunicación que pasan hasta tres días sin conocer el estado de su familiar, pues el personal tratante tan sólo les indica qué medicamentos debe comprar o qué exámenes deben hacer.
Daniela del Vecchio tiene a su esposo hospitalizado. Durante los días viernes, sábado, domingo y parte de la mañana del lunes no había recibido información de su estado de salud, pues tan sólo informan a quienes tienen a sus familiares en estados críticos. “Tres días que no nos dan información porque han venido muchos casos críticos, pero esperando que a la 1 de la tarde sale el residente para darnos información. El fin de semana le dieron información sólo a ocho personas”, expresó.
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Destacó que a su familiar le han suministrado en el hospital antibióticos, clexane, dexametosona y diclofenac. Le están solicitando solución 09 y las vitaminas que ameritan diariamente como zinc, magnesio, vitaminas c y d. Los exámenes de sangre debe hacerlos en laboratorios privados. “En eso gastan 30 dólares. Ayer pagué 124 millones de bolívares, 150.000 pesos, y otra persona 304 millones de bolívares por sus padres”, acotó.
El hermano de Yorley Rojas fue pasado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Días antes de su traslado era poca la información que le daban sobre su estado de salud. “Siempre nos decían que estaba bien, que estaba estable, y de repente nos lo sacaron para UCI. Allí gasto diario 177.000 pesos (50$ aproximadamente) en un examen, el de gases arteriales, aparte de eso piden hematología completa y una serie de exámenes. En total gastamos 230.000 pesos diarios (70$ aproximadamente) solo en exámenes”, precisó.
Acotó que debe comprar las inyecciones para dormirlo porque está intubado y cada una tiene un valor de entre 22.000 a 26.000 pesos (entre 7$ y 10$). Requieren seis diarias. “Aquí tampoco les hacen placas, hay que hacerlas por fuera y es poca la información, muy poca la información. Llegó la fundación Juan de Dios y los enfermeros han dado información, pero no cuentan con los insumos”, acotó.
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Familiares de pacientes con COVID-19 también se quejan de que no tienen un espacio para esperar, ni baños. Yoli Osorio tiene a su esposo hospitalizado desde el martes 25 de mayo. Indicó que ella vive en San Cristóbal y no le afecta la estadía, pero hay personas procedentes de otros municipios del Táchira y otros estados del país que solo tienen una carpa para resguardarse, a la cual se le filtra el gua cuando llueve, tampoco cuentan con sillas y deben sentarse en el suelo.
“Hay quienes tienen que pasar todo el día sin comer para darle al paciente, porque aquí no les dan nada. No hay donde descansar, no hay baño, la emergencia está cerrada. Alguna fundación que venga por lo menos cada tres días traiga un almuerzo, un desayuno, una cena”, solicitó.
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