San Carlos de Zulia.- El obispo de la Diócesis de El Vigía-San Carlos de Zulia, monseñor Juan de Dios Peña, indicó este 24 de junio que desde la Iglesia Católica emprendió una cadena de oración en la que piden la intercesión de Dios para que pronto sanen los pacientes que se infectaron con coronavirus en una fiesta familiar en el municipio Alberto Adriani del estado Mérida.
El titular de la Iglesia Católica en esa entidad merideña indicó que en El Vigía, la capital del municipio, donde el propio gobernante Nicolás Maduro alertó el nuevo brote de COVID-19, existe confusión sobre el número total de casos confirmados o en sospecha, la ubicación de los pacientes y las medidas que los lugareños deben tomar luego de conocerse el foco de contagio del virus, que sobrepasó los 4.000 casos en Venezuela.
La comisión presidencial precisó que son 18 casos solo en esa jurisdicción y por la cual Mérida está en cuarentena radical y se impide el acceso hacia los municipios del Sur del Lago en el estado Zulia.
«Lo que sabemos es por la información que ha circulado a través de redes sociales y porque las autoridades en Caracas se pronunciaron. Nuestro llamado, como ente religioso, es que las personas permanezcan en sus hogares, cumplan con el distanciamiento y eviten exponer a más personas para romper la cadena de contagio», señaló el prelado, que tiene bajo su administración apostólica 32 parroquias en la subregión, que abarca territorios andinos y zulianos.
Vía telefónica señaló a El Pitazo, desde la Catedral del Perpetuo Socorro, ubicada en pleno centro de El Vigía, que este momento que atraviesa la colectividad vigiense es para reencontrarse con Dios y elevar plegarias de sanación. Llamó a no señalar ni buscar culpables por los casos del nuevo coronavirus.
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«Es muy lamentable, aunque debemos motivarlos, darles mensajes de aliento y cada uno debe estar alejado, en casa. Lo mejor que podemos hacer es rezar y pedir mejoría porque sabemos la difícil situación que atraviesa el país», expuso Peña. Afirmó que la incertidumbre sigue reinando porque no saben en qué fecha exacta se desarrolló la fiesta familiar y el tiempo de espera para que se confirmen otros posibles contagiados.
El sacerdote dijo que si él conociera las identidades de las personas con coronavirus se pondría en contacto con los afectados para expresarles solidaridad en este momento en el que son objeto de críticas por parte del colectivo.
Una labor social hacia los más pobres
A monseñor Juan Peña, además del coronavirus, le preocupa los niveles de pobreza en los que se encuentra sumida la Diócesis. Recientemente, dijo que a través de Cáritas obtuvieron un donativo de 1.000 bolsas con alimentos por intermedio de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), donde rinden cuenta los obispos de las diócesis sobre el trabajo apostólico y social emprendido en las regiones.
«Hay mucha hambre en los sectores rurales, las familias no tienen recursos para alimentarse durante la cuarentena y esto nos llevó a sumar esfuerzos para aportar nuestro grano de arena».
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El obispo señaló que han llegado a la denominada zona 4, donde hay focos de pobreza extrema y llegan periódicamente a un centro de arrestos, donde también los reclusos padecen hambre sin atención gubernamental.
El representante de la iglesia reconoce que lo aportado es insuficiente, pero al menos no se quedan de brazos cruzados ante la complejidad de la crisis en medio de la pandemia.
Hasta la fecha, los representantes de la Iglesia Católica no han sido visitados ni monitoreados por las autoridades sanitarias en el municipio Alberto Adriani. Como miembros de la iglesia que está activa atendiendo casos sociales no les han aplicado pruebas rápidas, al menos, para descartar posibles contagios.