San Cristóbal. Una familia de cinco integrantes, oriunda de la ciudad de Táriba, municipio Cárdenas del estado Táchira, perdió la vida a causa del COVID-19 en un lapso de 45 días, cuando se presentaron los síntomas a Verónica García Fuentes de 36 años de edad, madre de tres hijos y esposa de José Antonio Gómez de 33 años, según reportaje publicado el sábado 30 de enero en el Diario La Nación.
Veronica García presentó fiebre, estornudos continuos y malestar general desde la segunda semana del mes de diciembre, y al hacerse el 17 de diciembre la prueba rápida por COVID-19 dio positiva. Se aísla sin alertar a la familia, y el día 20 de diciembre se somete a la prueba PCR en un laboratorio privado, resultando positiva.
Inicia tratamiento en su casa, con un médico privado, sin decirle a su esposo. Allí, sigue compartiendo con él y sus tres hijos: Nicol Verónica Gómez García, de 17 años; y los morochos Jhoneider Stiven y Jhoneiker Enmanuel Gómez García, de cuatro años de edad.
Fue hasta el 27 de diciembre cuando le advierte a su esposo, quien se encontraba en una reunión, que debería regresarse porque podía estar contagiado de COVID-19. A partir de allí todos decidieron aislarse en su residencia en Palmira, municipio Guásimos.
Para la primera semana de enero Verónica empeora y tiene que ser trasladada a un centro asistencial privado, donde le indican que tiene neumonía. La familia es sometida a prueba PCR, resultando todos positivos.
El 14 de enero la madre de familia es hospitalizada de emergencia e intubada, y dos días después es trasladado José Antonio Gómez, su esposo, a quien le salen los pulmones negros en la placa de tórax.
Nicol Verónica, la hija de 17 años, quien padecía una condición neurológica especial, presentaba fuertes dolores de cabeza, fiebre y tos, mientras sus padres estaban hospitalizados.
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Es el 18 de enero cuando la muerte llega a la familia, según relata el Diario La Nación. Fallece Verónica García Fuentes, y su esposo José Antonio Gómez muere al día siguiente. Al mismo tiempo Nicol, la hija mayor, se complica y mientras la trasladan a un centro asistencial, muere en el carro de su abuelo.
El 27 de enero los morochos Jhoneider y Jhoneiker fueron trasladados al Hospital Central de San Cristóbal, en donde les diagnosticaron bronconeumonía. El mismo día mueren.
Familiares y amigos que estuvieron cerca de la familia durante esos días, fueron aislados y sometidos a tratamiento.
Nota completa de la Nación
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