»Me quitaron la dulzura de mis ojos», dijo abuela de joven asesinado en Táchira el #23Ene

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San Cristóbal.– La dulzura de sus ojos y de su hogar, así describe Julieta Núñez a su nieto Luigi Ángel Guerrero Ovalles. Hijo único, consentido y el orgullo de la casa por su excelente comportamiento y rendimiento en la universidad. Con su asesinato en la marcha del 23 de enero, la pequeña familia perdió la alegría del hogar. 

Luigi Guerrero, de 24 años de edad, era estudiante de cuarto año de Comunicación Social en la Universidad de Los Andes. Salió a marchar solo, sin celular y sin cartera por seguridad. Su mamá, Julieta Ovalles, le dio un termo con agua y una mandarina para la caminata. Ninguno imaginó que la primera marcha a la que asistiría el joven sería la única.

“Fue la primera marcha y la última. Se fue solito porque vio cómo salieron los vecinos en familia y con mucha alegría. No esperábamos que salieran a disparar a todo el mundo. Esto que le hicieron a mi hijo lo hizo el diablo, el odio, la división, la lucha por el poder y la ambición” indicó Julieta Ovalles, madre del joven.

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Así como para ella aún es difícil de entender y creer, lo es para Julieta Núñez, la abuela de Luigi, quien junto con su hija crió a un muchacho trabajador y educado. “Él era juicioso en la casa, tenía dos trabajos porque trabajaba por internet, no salía de la casa, siempre estábamos los tres. Era mi vida entera, creo que me arrancaron el corazón. Me quitaron la dulzura de mis ojos”, dijo con lágrimas y tristeza la abuela.

La intuición de madre no falló

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La tarde de ese miércoles 23 de enero al Hospital Central de San Cristóbal ingresaron dos personas muertas: Edward Marrero y otro a quien los médicos no lograban identificar por no tener documentos. A través de las redes sociales se mencionaba el nombre del segundo fallecido, pero ninguna versión oficial lo confirmaba.

“Yo me imaginé que algo le había pasado porque no aparecía, salió a las 10:00 de la mañana y eran las 4:00 de la tarde y no aparecía; era muy raro. Había la noticia de dos muertos y varios heridos y me vine para el hospital porque aunque a él no lo nombraban, presentía que algo no estaba bien”, contó la mamá del joven ulandino. 

En efecto, era en la morgue del Hospital Central de San Cristóbal donde estaba el cuerpo de Luigi. Su mamá debió cumplir con los trámites ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) y reconocer el cuerpo de su único hijo, que tenía tres impactos de arma de fuego en el cuerpo.

Aún las circunstancias en que murió Luigui Guerrero son confusas, debido a la cantidad de heridos por arma de fuego el 23 de enero. Muchos fueron trasladados y quienes manejaban las motos no tenían idea de quiénes eran o el estado en que iban; solo versiones de testigos y de redes sociales son las que tiene la familia.

“Han dicho muchas versiones, alguien me dijo que estaban disparando del Consejo Legislativo y cayó un muchacho al lado de él y después cae él, pero es solo algo que me dijeron. A nuestro niño le dieron tres tiros: uno en el brazo, uno en la pierna y otro en el pecho, él no estaba haciendo nada, no tenía armas, escudo, protección, solo salió a marchar”, explicó Julieta Núñez, la abuela.

Lorena Bornacelly
Publicado por
Lorena Bornacelly

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