Mérida.- Este lunes 27 de enero familiares de reos recluidos en la sede del Cicpc de Mérida denunciaron a El Pitazo varias irregularidades que constituyen violaciones a los derechos humanos de los privados de libertad. Las irregularidades vendrían siendo cometidas luego de un motín ocurrido en el recinto el pasado 21 de enero.
Cerca de 30 familiares de los reos afectados, cuyos nombres pidieron reservar por temor a represalias, informaron que no han podido ver a los detenidos luego del motín, el cual se generó por disputas internas y en rechazo a una funcionaria que ejerce como jefa allí desde el pasado lunes 20 de enero.
«Desde que esa mujer llegó el trato hacia nuestros familiares ha empeorado. Ahorita los tienen desnudos, durmiendo en el piso y solo nos permiten traerles comida una vez al día, y no dejan pasarles jugos, ni pan ni nada dulce», precisó una de las denunciantes.
De acuerdo con los familiares, para detener el motín, ingresaron funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), quienes habrían torturado a los reos. «Les quitaron toda la ropa y las pertenencias y se las quemaron. Les pusieron los pies en agua y electricidad. ¿Por qué tienen que entrar los de las Faes si eso es el Cicpc?», dijo otra de las denunciantes.
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Los familiares también indicaron que no les permiten llevarles tres comidas diarias sino una sola, con restricción de alimentos. «No nos dejan darles jugos, pan ni nada dulce. Permiten pasarles comida una sola vez al día. Tampoco nos han dejado verlos, ni a nosotros ni a sus abogados. Eso es porque no quieren que veamos cómo los dejaron morados de las golpizas que les dan», aseguró la esposa de uno de los reos.
Otra de las familiares presentes en la denuncia hecha a El Pitazo indicó que uno de los reos padece cáncer y le informó a su esposa, a través de un papel escondido dentro de los envases de alimentos, que se siente muy mal de salud y teme por su vida.
Las denunciantes también indicaron que el viernes pasado, 24 de enero, fueron a la sede regional de la Defensoría del Pueblo para denunciar lo que está sucediendo, pero no han recibido solución. «El defensor dijo que iba hoy al Cicpc y no lo hizo. Nuestros familiares también son seres humanos y no pueden tratarlos como a perros. A nosotros también nos maltratan cuando exigimos verlos y saber cómo están», dijo otra de las afectadas.
En la sede del Cicpc Mérida hay cerca de 110 reos actualmente, en situación de hacinamiento.
La organización Una Ventana a la Libertad (UVL) y el Observatorio Venezolano de Prisiones han documentando múltiples y reiteradas violaciones a los privados de libertad en el país, situación que ha sido denunciada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) y otras instancias internacionales.
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