Los Andes

Escasez de transporte impide cumplir distanciamiento social en Mérida

La escasez de unidades de transporte público en circulación ocasiona aglomeración de personas en largas colas para poder abordar un autobús, luego de hasta dos horas de espera | Foto: cortesía Eliser García

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Mérida.- Habitantes de Mérida deben esperar hasta dos horas para poder abordar una unidad de transporte público e ir hacinados en la misma debido a la escasez de autobuses en circulación. Usuarios reportaron la situación este viernes, 17 de abril, a la ONG Nuevos Despertares, aliada de El Pitazo.

La principal causa de que haya pocas unidades de transporte público en circulación en Mérida es la restricción del tránsito en las calles permitido desde las cinco de la mañana y hasta las dos de la tarde desde el pasado 1° de abril como medida preventiva ante el coronavirus; sin embargo, la escasez de gasoil para surtir los autobuses también afecta el funcionamiento de este servicio.

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«Esperamos una hora y media para poder montarnos en un bus y luego nos dejó botados en el Seguro Social porque iba a poner gasoil», denunció Eliser Gacía, habitante del sector Los Curos del municipio Libertador. García también refirió que si bien muchos choferes cumplen con la medida preventiva de mantener distanciamiento social, algunos cargan gran cantidad de pasajeros.

Por otra parte, la escasez de unidades de transporte público ocasiona la formación de largas filas de usuarios a la espera de poder abordar un autobús, situación que también impide mantener distanciamiento social. «Dicen que se puede estar en la calle máximo hasta las dos, pero uno sale y pierde hasta tres horas esperando buseta para ir y volver, entonces es difícil poder cumplir con eso», indicó Hilda Benitez, otra usuaria afectada.

Aunada a la escasez de transporte público, el servicio de trolebús y trolcable que ofrece la empresa estatal Trolebús Mérida C.A. (Tromerca) está disponible durante esta cuarentena solo para personas que trabajen en áreas consideradas prioritarias, lo que dificulta aún más la ya limitada movilidad de los habitantes de Mérida.