Comedores solidarios paralizados por falta de gas y gasolina en Trujillo

Valera.– La escasez de gas y gasolina en el estado Trujillo ha afectado la actividad de cinco comedores de Alimenta la Solidaridad, administrados por la Fundación Padrinos de Barrio en cinco municipios de la región.

Viviana Save, coordinadora de los comedores, explicó a El Pitazo este jueves, 2 de abril, que hasta la fecha solamente está abierto el comedor del sector Los Sin Techos, del municipio Valera, donde atienden a niños en riesgo de desnutrición. La paralización de los comedores afecta a un promedio de 400 niños de sectores populares de los municipios Valera, Boconó, Escuque y Motatán.

Las madres de la comunidad buscan leña para cocinar, aun en tiempos de cuarentena social. “Cocinamos con leña. No es fácil. Las madres empoderadas buscan leña. El cupo del comedor es de 70 niños, pero desde el lunes estamos atendiendo a 108 niños”, contó Save.

LEE TAMBIÉN

COMEDORES CIUDADANOS MITIGAN EL HAMBRE EN COMUNIDADES CARAQUEÑAS DURANTE CUARENTENA

Otro reto es buscar los alimentos, pues no hay despacho de gasolina. Viviana Save, directora de Padrinos de Barrio, una fundación aliada de la Organización No Gubernamental (ONG) Creces, asegura que han tenido que comprarla o pedirla regalada. “La misma comunidad debe buscar la gasolina, regalada o buscar un contacto que nos venda a precios solidarios. Lo más grave no es el gas, sino el combustible, especialmente para buscar los alimentos en los comercios”, detalló Save.

Los comerciantes que le brindan apoyo para los suministros están en cuarentena o paralizados por la falta de gasolina. “Ya nos estamos quedando sin combustible otra vez. Acá no están surtiendo ni ambulancias ni carros fúnebres. El martes tuvieron que abrir una urna para que vieran al difunto y les pudieran surtir en la estación del Eje Vial”, dijo Save, quien presenció el hecho en uno de los intentos por conseguir combustible.

Cumplen con las normas

Save también manifestó que a través de otras organizaciones y donaciones de particulares consiguieron guantes, tapabocas y jabón, lo que les permitirá cumplir con las normas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

Las colaboradoras de la comunidad atienden a los niños y a sus madres en grupos de 10 y en distintos momentos. Todos se lavan las manos y mantienen una distancia prudencial entre sí.