Los Andes

Colapso de servicios públicos afecta alimentación de diabéticos en Táchira

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El colapso en los servicios públicos en el estado Táchira impide que personas con diabetes puedan cumplir con su correcta alimentación, pues al no tener gas dependen netamente de la electricidad para el uso de hornillas eléctricas y, con apagones que duran entre 12 y 18 horas, les resulta imposible comer de manera correcta.

Ese es el caso de Rosa Becerra, una mujer de 58 años, quien durante los últimos años de su vida ha podido sobrellevar la diabetes y la insuficiencia venosa, pero actualmente los desmayos y fuertes dolores de cabeza, como consecuencia de la mala alimentación, la mantienen en alerta porque sabe que su estado de salud se deteriora lentamente.

“Por mi condición tengo que comer hasta seis veces al día. Si no lo hago me desmayo, pero no hay luz, no hay agua, no hay gas, no hay gasolina, no hay nada. No podemos vivir así ni podemos tratar de cuidarnos si ni siquiera hay cómo, porque estamos en colapso absoluto con todo”, indicó a El Pitazo Becerra.

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La afectada, que vive en San Cristóbal, considera que actualmente está enfermándose más, pues apenas tiene de tres a cuatro horas con electricidad y, además de sus patologías, también está sufriendo de estrés. No encuentra solución a qué hacer sin gas para cocinar y sin energía eléctrica para preparar las seis pequeñas porciones de comidas que debe hacer al día.

“Estoy enfermándome mucho más. La semana pasada y lo que va de esta lo que he comido es galletas y a veces queso porque no se puede freír un huevo, hacer un caldo o alguna otra comida. Tampoco se puede comprar alimentos para almacenar porque sin luz se dañan en la nevera”, precisó.

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Rosa Becerra acudió a las instalaciones de la planta de llenado de gas, el pasado 12 de mayo, sin embargo, no le despacharon el servicio, pues “debe esperar”.

Similar situación vive Walter Zambrano, de 65 años, quien tiene diabetes desde hace más de 10 años y aunque ha podido controlar la enfermedad, actualmente siente que su salud se deteriora debido a la mala alimentación y la ansiedad que le genera cada apagón.

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“Las migrañas son insoportables. Muchas veces me dan hasta náuseas cuando son las tres de la tarde y solo he comido pan desde las nueve de la mañana, porque sin electricidad no podemos cocinar nada. Para mi es un problema comer solo pan y en exceso, mi dieta debe ser balanceada. A veces ni como y me mareo y desmayo”, explicó Zambrano a El Pitazo.

Cuando los apagones empezaron a registrarse por seis horas continuas, la familia de Zambrano optaba por cocinar y almacenar todo lo posible, así garantizaban que comiera, frío, pero sin retraso en la hora, pero todo cambió cuando los cortes eléctricos comenzaron a ser de 12, 18 y hasta 22 horas, pues no confían en comprar abundantes alimentos y refrigerarlos o prepararlos y guardarlos debido a que temen se descompongan en la nevera apagada mientras no tienen luz.

En la planta de llenado de gas también le indicaron que no podrían despacharle gas, pues la venta se realiza conforme haya el producto en el sitio y en ese momento no lo tenían.

Lorena Bornacelly
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Lorena Bornacelly

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