LA GENERACIÓN DEL HAMBRE | Delta Amacuro: ni patria ni comida en tierra de waraos

Compartir
457125

Foto: Rayner Peña


..

José Luis caminó un kilómetro y medio por ayuda médica. Lo hizo durante dos horas, de la mano de su mamá Xiomara, bajo un sol que les quemaba la piel y sin quejarse del dolor, que de vez en cuando, sentía en el estómago.

.
Cada cierto tiempo necesitaba detenerse para descansar. Al final, recorrió 20 cuadras para llegar al Hospital Materno Infantil Dr. Oswaldo Ismael Brito de Tucupita, estado Delta Amacuro, al oriente venezolano. Durante el trayecto no pasó el autobús y si hubiese pasado, no habrían subido porque les faltaba dinero para pagar el pasaje.
.

.
José Luis tiene 5 años de edad. La mañana del 20 de agosto, le dolía el estómago por dos razones: primero porque tenía una bacteria y, segundo, porque lo poco que había comido lo desechó en el baño. Fueron cinco evacuaciones líquidas las que hizo de forma continua antes de salir de la casa de sus abuelos paternos.
.
Pero eso es algo que Dayan Xiomara a no recuerda muy bien, porque sintió temor de que su hijo muriera. Lo sintió al verle los ojos hundidos, cuando notó que perdía fuerzas después de cada vómito y al observarlo sin color en la piel.
.

Ella siempre supo cómo atenderlo en una enfermedad, pero esta vez fue distinto.
.

Foto: Rayner Peña

.
A él ya le había dado diarrea antes, pero, como a veces le da y le da leve, yo le daba una pastilla y a él se le quitaba. Pero, esta vez no fue así, fue más fuerte. O sea, yo le daba la pastilla y veía que no le funcionaba. Entonces, la abuela me dijo que lo llevara al médico, porque estaba deshidratado…”, cuenta Xiomara. “Tú lo hubieses visto cuando yo lo ingresé aquí. Era peor. Tenía todo eso hundido porque estaba demasiado deshidratado, estaba feo, ahorita se le puede ver un poquito de semblante”.
.
José se aferró al cuerpo de su mamá cuando vio una inyectadora. Una enfermera le colocó un yelco para hidratarlo y para que recibiera metronidazol, que para aquel momento costaba 140 bolívares soberanos (alrededor USD 1,5 en el mercado paralelo, para la fecha) y Xiomara no los tenía.
.
Ese día solo recibió una dosis, porque se la regalaron. Cuatro días después, su papá, le llevó el resto del tratamiento. A su hijo lo hospitalizaron y no había ido a verlo. Ese día lo hizo porque Xiomara fue hasta el Cuerpo de Bomberos, donde trabaja, para obligarlo a responder como padre.
.

Foto: Rayner Peña

.
El dinero no alcanza

José Luis vive en El Bolivariano, parroquia Leonardo Ruiz Pineda de Tucupita, junto a sus abuelos paternos. Una tía le cedió un cuarto a su mamá pues no tenía donde ir con sus tres hijos. El Bolivariano es una comunidad donde los servicios básicos fallan y la bolsa del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) llega de forma intermitente.
.

Xiomara trabaja de forma eventual limpiando una casa, le pagan hasta 40 bolívares soberanos. Como el dinero no le alcanza para alimentar a sus tres hijos, tramitó el carnet de la patria —una tarjeta emitida por el gobierno, necesaria para ser beneficiario de sus programas sociales— y se registró en la misión Hogares de la Patria. También es miliciana. Se inscribió en este componente militar para que le vendieran una bolsa de comida cada mes.
.
José es su único hijo varón. Le gusta jugar fútbol y quiere ser como Lionel Messi.
.

Foto: Rayner Peña

.
También le gusta ir a la escuela; su uniforme y útiles escolares son donados.
.
A él le ha tocado aguantar hambre, Xiomara dice que es porque dejan de almorzar tres días a la semana por falta de dinero. Por eso es que pasó de ser un niño gordo a uno delgado, explica mientras le acaricia las piernas a su hijo.
.
José pesa 14 kilos. El pediatra que lo evaluó posterior a su ingreso también le dijo a su madre que su peso debe estar en 20 kilos porque mide 1,20 centímetros. Es la primera vez que lo internan en un centro asistencial.
.
El 23 de agosto tenía los ojos hundidos y su piel estaba amarilla. La delgadez hizo que las costillas y la columna se le vieran con facilidad. También estaba triste y tímido, pero Xiomara asegura que no siempre es así. Durante su estadía en el hospital aguantó calor, porque en el cuarto no había ni ventanas, ni aire acondicionado, ni ventilador. Tampoco agua y la iluminación provenía de tres lámparas.
.
.
.

La desnutrición en el Delta

Un pediatra, quien prefirió omitir su identidad para evitar represiones laborales, asegura que a la fecha no hay estadísticas exactas sobre la cantidad de niños con desnutrición en Delta Amacuro porque se trata de un estado flotante y disperso.
.
Señala que un estudio que realiza junto a la Sociedad de Puericultura y Pediatría, en las zonas céntricas de Delta Amacuro, reveló que de 3.364 niños atendidos en jornadas médicas 149 fallecieron por desnutrición en el 2017. El especialista muestra su preocupación por las cifras reportadas hasta el primer trimestre de este 2018: de 512 infantes atendidos, de los cuales 104 fueron hospitalizados, un total de 73 murieron. Señala que 63 de cada 100 niños tenían menos de dos años, 24 de cada 100 estaban en edad escolar y el resto eran adolescentes. La mayoría de los casos provienen del municipio Antonio Díaz.
.
Cifras del Departamento de Pediatría del Hospital de Tucupita refieren que 120 niños al día reciben atención médica y 96 de ellos, es decir, 80%, tiene algún grado de desnutrición, y por eso son remitidos al Servicio de Educación y Recuperación Nutricional. Solo los más graves son hospitalizados.
.

“Es una situación crítica y que vemos con preocupación (porque) cada vez aumenta, y con el advenimiento de enfermedades emergentes como sarampión, malaria, tuberculosis y difteria, aumentan la mortalidad de estos infantes y adolescentes”, respondió el pediatra, a un cuestionario que le fue enviado por email.
.
José ingresó a las estadísticas que adelanta la Sociedad de Puericultura y Pediatría sobre el segundo y tercer trimestre de este año. También fue remitido al Servicio de Recuperación Nutricional del hospital, donde fue pesado y medido. Este servicio les entrega una bolsa de comida gratuita a final de mes, a través de un coordinador de la comunidad.
.
José Luis es el segundo hijo de Xiomara que es inscrito en este programa, y por eso sabe cómo funciona. Jennifer, su hija de 7 años, tiene 12 meses registrada. La bolsa que le entregan es gratuita y contiene: un litro de aceite, una mantequilla, cuatro kilos de espagueti, dos kilos de arroz, un kilo de caraotas, un kilo de frijol, dos paquetes de harina pan y un paquete de harina de trigo.
.

Foto: Rayner Peña

.

Las cifras de Cáritas

En su informe de marzo de 2018, Cáritas Venezuela concluyó que 44% de los niños venezolanos menores de cinco años estaban desnutridos, el doble de casos registrados en enero de 2017. A la cifra se suma otro 37% de niños de la misma edad, que están en riesgo de padecer desnutrición. En marzo de 2018, sólo 22% de los niños venezolanos menores de cinco años se alimentaban adecuadamente.
.
En Delta Amacuro, el estudio que realiza la Sociedad de Puericultura y Pediatría hace seguimiento a los casos de desnutrición que ingresan al principal hospital de la entidad, desde 2011, fecha en la que aún Hugo Chávez Frías gobernaba Venezuela. La estadística demuestra un aumento progresivo de los casos de desnutrición. Durante ese año, se atendieron 233 niños con desnutrición, 16 de ellos murieron; en 2012, hubo 254 ingresos y 15 fallecidos; un año más tarde, se registraron 302 pacientes y 15 muertes; en 2014, la cantidad de atención en las consultas fue de 434, pero solo ocho fallecieron. Pero, en 2015, los números se elevaron considerablemente: 546 llegaron a la interconsulta del hospital, 363 fueron recluidos y 12 murieron. Al año siguiente se registraron 613 niños desnutridos y 25 fallecidos.   
.

.
.
La casa de Xiomara no escapa de la realidad de su ciudad, y la comida de las bolsas Clap no es suficiente para quitarles el hambre. La diputada de la Asamblea Nacional, Larissa González, asegura que este es uno de los tres problemas más graves de Delta Amacuro; la falta de electricidad y de agua, son los otros dos. González sostiene que el Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) distribuye de manera irregular los alimentos y a precios elevados. “Hace un mes, una caja tenía el precio 30 bolívares soberanos en el casco central de Tucupita”, apunta. La falla hace que cada 15 días la gente proteste por comida.

.
Xiomara tiene algo más que decir:
.

“Le diría al Presidente que se diera cuenta de que nos estamos muriendo, que no hay comida, que no hay medicamentos, que cada día que pasa perdemos vidas… que él se enfoque en eso, que vea que no es nada más que hable y diga; que pase por la televisión que Venezuela está bien, comemos bien, sí hay medicamentos, cuando la realidad es otra… Yo cobro Chamba Juvenil, cobro Hogares de la Patria, ¿pero qué?, eso no le alcanza a uno para nada, ni siquiera para comprarle un par de zapatos al hijo de uno o unos cuadernos”.
.
.


..

Entrada Relacionada

LEA EL ESPECIAL COMPLETO

.
En cumplimiento con la legislación venezolana, fueron cambiados todos los nombres de los niños y familiares contenidos en el material periodístico publicado en El Pitazo, con el objetivo de proteger su integridad

 

Jesymar Añez
Publicado por
Jesymar Añez

Entradas recientes

Prueba

25 marzo, 2024 2:13 pm

prueba numero 3

18 enero, 2024 11:24 am

dsdsdsd

17 enero, 2024 1:48 pm

Esta web usa cookies.