Alejandro José Márquez González es un empresario oriundo de San Felipe, estado Yaracuy, que multiplicó su capital en la era chavista con negocios con entes oficiales en los ramos de la construcción y la comercialización de acero. Incursionó en ambos sectores en los peores momentos para esas industrias controladas por el Estado.
Márquez figura junto a su madre, María Celina Márquez González, como propietario de Inversora Parque Central –registrada en marzo de 2003– , Metroconcreto –registrada en marzo de 2009– y Metroacero –constituida en junio de 2014–, de acuerdo con los expedientes del Registro Mercantil II del estado Lara. Sus compañías participaron en proyectos de la Gobernación de Lara, el Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (Ipsfa), la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim) Bolivariana de Puertos (Bolipuertos) y el Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE).
A Márquez lo vinculan con el general Vladimir Padrino López, designado ministro de Defensa el 24 de octubre de 2014, tras la firma de un convenio entre Cavim y Metroacero para la fabricación de equipos y materiales de construcción, destinados a la Misión Vivienda. Pero el empresario lo niega, aunque la toma de decisiones empresariales de Cavim es una atribución intransferible del ministro de Defensa, según el marco normativo de la organización publicado en el tomo I de la Memoria y Cuenta de esa cartera en 2015.
MÁRQUEZ FIGURA JUNTO A SU MADRE, MARÍA CELINA MÁRQUEZ GONZÁLEZ, COMO PROPIETARIO DE INVERSORA PARQUE CENTRAL, METROCONCRETOY METROACERO
Inversora Parque Central es la empresa matriz de Márquez. Inició operaciones en 2003 subcontratada por promotoras de viviendas para la construcción de urbanismos privados en Lara, Yaracuy y Distrito Capital.
El objeto, descrito en el acta constitutiva de la empresa, abarca desde el desarrollo de obras civiles y vialidad hasta la importación y exportación de productos alimenticios, insumos y equipos médicos.
Inversora Parque Central se constituyó en 2003 con un capital de Bs. 50 millones que aumentó cinco veces entre 2004 y 2008. Para 2008 la firma obtuvo la licitación para culminar el Estadio Metropolitano de Cabudare, con el consorcio Oranca Parque Central, durante la gestión de Henri Falcón como gobernador de Lara. La obra estaba presupuestada en Bs. 55.986 millones.
Ese mismo año, Inversora Parque Central se suscribió al programa de Empresas de Producción Social (EPS) de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), promovido por el Ejecutivo Nacional “para coadyuvar al crecimiento económico y social”, indica un documento incluido en el expediente de la constructora. En 2009 ya era contratista del Ipsfa, como lo suscribe una constancia emitida el 18 de noviembre de 2010 por el teniente coronel José G. Barrios Baptista, gerente general de la sucursal del organismo en Barquisimeto.
La empresa se encargó de la construcción de viviendas en Fuerte Tiuna, el Desarrollo Urbanístico Luis Felipe Acosta en La Rinconada en 2009 y el Urbanismo Intercomunal Río Chico del estado Miranda en 2012 y La Placera II en Maracay. También de la ampliación del centro comercial Los Próceres de Caracas, que incluyó la apertura de siete salas de cine en 2012, la rehabilitación de la autopista Cimarrón Andresote en el tramo La Raya-Urama y la remodelación de los hangares privados del Parque General de Aviación Jacinto Lara en Barquisimeto en 2014, según el listado de obras de la página web Inversora Parque Central disponible en archive.org.
Hasta 2012, según un video promocional de la firma, acumulaban 900.000 metros cuadrados de construcción entre obras del sector público y privado.
HASTA 2012, SEGÚN UN VIDEO PROMOCIONAL DE INVERSORA PARQUE CENTRAL, ACUMULABAN 900.000 METROS CUADRADOS DE CONSTRUCCIÓN ENTRE OBRAS DEL SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO
Metroacero, la compañía más publicitada de Márquez, figura como una aliada del motor industrial militar en notas de prensa de organismos públicos. En 2016 llegó a ser descrita como una “empresa revelación del sector metalmecánico” que se perfilaba como uno de los principales proveedores de la Misión Vivienda en un artículo del medio estatal Correo del Orinoco.
Fue la segunda empresa de Márquez que logró una alianza con Cavim —compañía adscrita al Viceministerio de Planificación y Desarrollo para la Defensa—. En 2014, reseña la Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa de ese año, la estatal firmó un acuerdo con Metroconcreto para la “importación, ensamblaje y fabricación de equipos y materiales de construcción destinados a la Gran Misión Vivienda; elaboración de concreto y la fabricación de tubos y comercialización de productos siderúrgicos”.
Metroacero produjo 96.000 toneladas de tubos de acero en 2015 a través del convenio con Cavim. “Eso representa un monto aproximado de 105 millones de dólares (en el mercado internacional)”, declaró al Correo del Orinoco en abril de 2016 el viceministro de Planificación y Desarrollo para la Defensa, Alexander Hernández Quintana. Para este representante del alto mando militar, Márquez no es un desconocido. Entre 2011 y 2013 fue presidente del Ipsfa, ente que contrató a Inversora Parque Central para la ejecución de urbanismos y la ampliación del centro comercial Los Próceres de Caracas.
Hernández Quintana fue el tercer hombre en la línea de mando del Ministerio de Defensa entre julio de 2015 y julio 2017, “por detrás del presidente de la República Nicolás Maduro y el general en jefe de la Fanb y ministro de esa cartera, Vladimir Padrino López”, detalla Poderopedia.
El gerente de comercialización de Metroacero y primo de Márquez, José Luis Márquez, subraya que la alianza tuvo siete meses de operaciones y más de un año de inactividad porque la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) suspendió los despachos de materia prima.
HERNÁNDEZ QUINTANA FUE EL TERCER HOMBRE EN LA LÍNEA DE MANDO DEL MINISTERIO DE DEFENSA ENTRE JULIO DE 2015 Y JULIO DE 2017, CUANDO LA ALIANZA ENTRE CAVIM Y METROACERO SEGUÍA VIGENTE
La alianza suscrita con Cavim en mayo de 2015 se disolvió en diciembre de 2017 y no en 2020, como lo establecía el contrato, “por la falta de disponibilidad de divisas para la adquisición de repuestos e insumos para las máquinas de Metroacero” y debido a la caída de producción de Sidor, dice el oficio de Metroacero dirigido al presidente de Cavim, general Carlos José López Armas, el 11 de diciembre de 2017 en el cual solicitan el cierre de la alianza.
“En principio saludamos la alianza porque ya se veían venir las dificultades para el acceso de materia prima (…) La responsabilidad de Metroacero era asistir a Cavim para la producción de tuberías. Nosotros teníamos las máquinas y ellos una materia prima que le compraban a Sidor mucho más fácil que nosotros porque se trataba de entes del Estado”, precisa José Luis Marquéz.
Después de la firma del convenio, la planta de Metroacero, localizada en la Zona Industrial de Cabudare, en el estado Lara, era custodiada por militares y por sus patios entraban y salían unidades de las Fuerzas Armadas que resguardaban y entregaban los insumos. La presencia de guardias, las inspecciones oficiales y el posicionamiento del nombre de la compañía en discursos, actos y eventos promovidos por el Gobierno le ha costado a Metroacero su reputación.
El primo y mano derecha de Alejandro Márquez reitera que ante la opinión pública esta empresa ha sido propiedad de “Diosdado Cabello, Carmen Meléndez, Henri Falcón” o cualquier funcionario que esté en la palestra, pero dice: “Es un compendio de mentiras”.
En una entrevista concedida a El Pitazo, Alejandro Márquez negó que el crecimiento de sus compañías o los contratos que suscribió con el sector militar se deban a una relación familiar o comercial con el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de los Estados Unidos (Ofac).
“Todo esto viene de un chantaje (…) ¿Si yo tuviera sociedad con Padrino crees que iba a quitar mi alianza? Cuando nosotros decidimos separarnos de la alianza con Cavim, más nunca nos despacharon bobinas (de acero)”, responde el empresario.
Asegura que los comentarios sobre su conexión con Padrino López son parte de una campaña de desprestigio que presuntamente ventiló su expareja en redes sociales durante una disputa legal por la custodia de su segunda hija. Descarta que sostenga encuentros con el alto funcionario militar o que sea su operador financiero, como aparece en perfiles en Instagram y Twitter que muestran fotografías de Márquez en reuniones oficiales que, reitera, son sacadas de contexto.
Alejandro Márquez
El empresario inició una demanda en Estados Unidos por difamación en un intento de limpiar su reputación digital. Solicitó los servicios de Adam Kaufmann, abogado que ha representado a clientes polémicos, entre los que se cuentan Leopoldo Alejandro Betancourt y Pedro Trebbau de Derwick Associates –la compañía beneficiada con 12 contratos para obras eléctricas en Venezuela entre 2009 y 2011 por más de USD 2.250 millones– y empresarios implicados en la trama de corrupción Lavajato-Petrobras.
También contrató un gabinete de peritaje judicial en España en marzo de 2019 para rastrear una serie de publicaciones en Internet donde exponían sus datos personales. El informe arrojó que una de las imágenes que aparece en cuentas de Facebook y blogs es un comprobante de una transferencia bancaria realizada por Márquez enviada por correo electrónico a dos destinatarios, entre los cuales se incluye su expareja.
Reconoce que viaja con frecuencia a España, pero descarta que haya solicitado una visa de inversionista en ese país como se ha filtrado. Márquez posee una visa por circunstancias excepcionales, otorgada por disposición de un tribunal, para visitar a su hija.
Márquez afirma que es contratista del Ipsfa desde 1994 con Materiales Marfil, el primer negocio que abrió su madre. “Entonces yo era el plomero nacional. Me encargaba de reparar las pocetas, los lavamanos. Era el todero”, cuenta sobre los encargos del Ipsfa para el mantenimiento a las casas de la guarnición, inicialmente en Barquisimeto.
“Empezamos en el año 93 con una empresa que se llamaba Materiales Marfil en San Felipe. En el año 1997 vinimos a Barquisimeto y empezamos a trabajar con una empresa de transporte en Barquisimeto llamada Covetra (…) Luego vino Materiales Ferromat en el 2000, Inversora Parque Central en 2003 y después Metroconcreto y Metroacero”.
Inversora Parque Central fue la empresa que les allanó el camino en los ramos de la construcción y posteriormente, la industria metalúrgica. También obtuvo contratos con el Ipsfa en la construcción de los centros comerciales Los Próceres en Barquisimeto y Caracas.
Afirma Márquez en referencia a su cargo de contratista del Ipsfa desde 1994 con Materiales Marfil, el primer negocio que abrió su madre
En 2017, la compañía trató de suscribir una alianza con Bolipuertos para rehabilitar el Complejo de Silos Líquidos de Puerto Cabello, de acuerdo con un registro de gerencia general de comercialización de la estatal. Según Márquez, se trató solo de una intención de negocios que no prosperó. Pese a sus afirmaciones, se observan publicaciones en Twitter del antiguo presidente de Bolipuertos, Reinaldo Castañeda, y de la propia institución del Estado del 26 de noviembre de 2018 en las cuales mencionan a Metroacero, propiedad de Márquez, como parte de una alianza estratégica en la reactivación de los silos de almacenamiento.
Márquez señala que perseguía esta alianza para crecer en el mercado de operaciones portuarias y trading, pero con otra de sus empresas: Carres Logistics LTD. “Es necesario para la empresa privada tener esos silos líquidos”, enfatizó.
El yaracuyano busca manejar el Complejo de Silos Líquidos a través de esta compañía –registrada en 2007– que ofrece “servicios logísticos integrales para las operaciones de embarque y desembarque de todo tipo de carga, ensilamiento y despacho, con el propósito de optimizar los servicios de carga, descarga, traslado marítimo, ferroviario, aéreo y terrestre de carga”, de acuerdo con la página web carresltd.com.
No todas las acusaciones en contra de Márquez tienen su origen en las redes sociales como él lo expresa.
El exconcejal de Palavecino e ingeniero metalúrgico Daniel Orellana sostiene que la reinvención de Márquez de la construcción a la comercialización de acero ocurrió en el peor momento para la industria del acero por la caída de producción de Sidor y de las siete briquetadoras intervenidas por el Gobierno. Para el especialista se deja entrever una conexión de Metroacero con el Gobierno. “No es posible que desligados de esa facción tengan un emporio siderúrgico”.
La industria metalúrgica, añade, siempre ha estado marcada por el factor de inversión de capitales muy altos. “Resulta extraño cómo alguien que no se conocía en la industria haya escalado posición tan rápido”, opina.
Márquez, por su parte, señala que su compañía estrella “no es una empresa del Estado ni de maletín”. Describe sus relaciones con el Gobierno como institucionales. “Todo el empresariado privado tiene relaciones con el Gobierno», comenta.
“Nosotros entramos en un mercado que estaba totalmente deprimido. El negocio del acero era un negocio heredado: de españoles e italianos que vinieron con la experiencia, pero la segunda generación se fue de Venezuela y los negocios quedaron abandonados. En centro occidente había dos fábricas (Hierro Barquisimeto y Univensa); quedamos nada más nosotros en el mercado centroccidental”, apunta.
El diputado de la Asamblea Nacional por el estado Lara, Guillermo Palacios, declaró a El Pitazo que Metroacero ha sido favorecida por el sector militar en el desarrollo de obras clave como el Terminal Multimodal de Cabudare, una zona franca construida entre 2016 y 2018 para almacenar los cargamentos trasladados por la vía férrea desde Puerto Cabello hasta la ciudad larense.
Márquez alega que el empalme de la vía férrea con la Zona Industrial de Palavecino, donde se ubican los galpones de Metroacero y Carres Logistics, fue un proyecto financiado por Metroacero y no por el Estado.
“A nosotros nos dieron la idea que el tren estaba en óptimas condiciones y nosotros hicimos la inversión de ese empalme que costó ciento ochenta mil dólares, pero realmente nunca ha funcionado porque la vía férrea no está en buen estado”, asoma.
EL EMPALME DE LA VÍA FÉRREA CON LA ZONA INDUSTRIAL DE PALAVECINO, DONDE SE UBICAN LOS GALPONES DE METROACERO Y CARRES LOGISTICS, FUE UN PROYECTO FINANCIADO POR METROACERO Y NO POR EL ESTADO, ASEGURÓ MÁRQUEZ
Pese a las conexiones con el Gobierno, Márquez atribuye a la reputación y no a relaciones de poder su ascenso como empresario. “En crisis salen oportunidades de negocios. Eso es lo que está pasando”, argumenta.
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