Caracas.- El nombre de Bill Richardson apareció este lunes, 13 de julio, en el tablero de negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro. El exdiplomático estadounidense tiene previsto viajar a Venezuela esta semana para reunirse con el líder socialista, con la pretensión de obtener una posible liberación de varios estadounidenses encarcelados en la nación petrolera, según publicó este 13 de julio la agencia Associated Press (AP).
El anuncio del viaje estuvo a cargo en redes sociales del Centro Richardson, una organización fundada por el político originario de California (Estados Unidos), conocida por adelantar negociaciones con gobiernos hostiles y organizaciones criminales para conseguir la libertad de ciudadanos estadounidenses.
Desde sus orígenes, Richardson y su familia han estado atados a Latinoamérica. Su padre, William Blaine Richardson Jr., nació en Chinandega, Nicaragua. Bill Richardson, por su parte, creció en la Ciudad de México, donde su papá trabajaba como ejecutivo. Este era natural de esta ciudad, mientras que su madre era mexicana de origen asturiano.
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A los 13 años vuelve a Estados Unidos para hacer estudios de secundaria en Boston, donde posteriormente se tituló en Francés y Ciencias Políticas en la Universidad de Tufs. Su trayectoria política comenzó en 1978, después de trasladarse a Santa Fe, en el estado de Nuevo México. Se postuló a la Cámara de Representantes de esta dependencia a nombre del partido Demócrata, pero resultó derrotado.
En 1982, sin embargo, sí logró hacerse congresista por el recién creado tercer distrito en Nuevo México. Los siguientes 14 años los dedicó a su actividad parlamentaria. Durante ese tiempo promovió muchas leyes para proteger los derechos de los indígenas, entre ellos la devolución de tierras ancestrales.
Como miembro de la mayoría demócrata, en 1996 trabajó muy de cerca con el presidente Bill Clinton, quien le encomendó varias misiones internacionales. Visitó Nicaragua, Guatemala, Cuba, Perú, India, Corea del Norte, Bangladesh, Nigeria y Sudán.
Un año antes, tras duras negociaciones, logró la libertad de un grupo de prisioneros estadounidenses en Irak. También negoció exitosamente con el Gobierno comunista de Corea el Norte la liberación de prisioneros estadounidenses en ese país.
Su desempeño en esas misiones y la amistad que desarrolló con el mandatario fueron clave en su ascenso político. Durante dos años fue embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas y en 1998 fue designado como secretario de Energía, reseña una nota de la BBC.
Como secretario de Energía tuvo que hacerle frente a un escándalo de espionaje. Un científico de origen taiwanés fue acusado de venderle secretos a China durante varios años. Richardson fue duramente criticado por su supuesta lentitud en tomar medidas y por no revelarle a tiempo al Congreso lo que sabía sobre el caso.
En 2002 es elegido gobernador de Nuevo México para el período 2003-2007, convirtiéndose en ese entonces en el único hispano en ese cargo en el país; luego fue reelecto con el 63% de los votos en 2006. Como parte de su gestión de gobierno ordenó las finanzas y recuperó la economía del estado. También permitió el porte de armas, prohibió las peleas de gallos y legalizó el uso de la marihuana con fines medicinales.
El 22 de enero de 2007 anunció su intención de buscar la candidatura del partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos. A principios de 2008 se retira de la contienda interna y tras unos meses de silencio decide respaldar a Barack Obama.
Aunque organizaciones hispanas y líderes demócratas pidieron públicamente que lo nombraran secretario de Estado, el cargo finalmente le fue ofrecido a Hillary Clinton durante el primer mandato de Obama.
Ahora Richardson, 12 años después, busca involucrarse en conversaciones con el régimen venezolano con la mira puesta en lograr la liberación, entre otros, de los 6 ejecutivos de la filial de Pdvsa, Citgo, detenidos en Caracas desde noviembre de 2017.
La agencia AP dijo, citando una fuente familiarizada con el viaje, que la visita fue coordinada con el Departamento de Estado, aunque es privada, y que el Centro Richardson ha informado al Gobierno de Estados Unidos de sus planes.
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