Caracas.- El reciente ataque de Rusia a Ucrania, ordenado por el mandatario Vladímir Putin en las últimas horas, desató cuestionamientos, pronunciamientos y advertencias sobre el alcance que podría tener la disputa entre ambas naciones, así como las implicaciones geopolíticas y económicas a escala internacional.
Putin respalda la invasión de Rusia a Ucrania basado en la protección a las regiones separatistas en el este del país, Donetsk y Lugansk, que en 2014 se declararon independientes en medio de una crisis política, económica y social desatada en 2012.
La disputa entre Rusia y Ucrania, cuyos antecedentes incluyen factores territoriales pero también políticos y económicos, puede plantear interrogantes sobre las similitudes y diferencias con otro enfrentamiento que se ha recrudecido a lo largo de loas años: el conflicto entre Israel y Palestina.
En mayo de 2021, luego de varios años de un alto al fuego, palestinos e israelíes protagonizaron un nuevo enfrentamiento y cohetes palestinos volaron desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí, lo que provocó una respuesta de parte de Israel.
El conflicto armado entre palestinos e israelíes en mayo de 2021 se produjo después de semanas de crecientes tensiones causadas por violentos enfrentamientos entre la policía israelí y manifestantes palestinos en un lugar de Jerusalén considerado como sagrado tanto para musulmanes como judíos.
Los orígenes del conflicto palestino-israelí se remontan a 1948, tras la fundación del Estado de Israel, lo que produjo enfrentamientos entre árabes y judíos. En 1967 se produjo la Guerra de los Seis Días, ahí Israel capturó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a Jordania y los Altos del Golán a Siria. Esa acción produjo la huida de medio millón de palestinos.
El último conflicto árabe-israelí fue la guerra de Yom Kipur, en 1973, en el que se enfrentaron Egipto y Siria contra Israel, y que le permitió a los egipcios recuperar el Sinaí, que fue entregado por Israel en 1982, pero no Gaza. En 1988, Egipto se convirtió en el primer país árabe en firmar la paz con Israel, algo que solo ha sido secundado por Jordania.
Los factores históricos, basados en interpretaciones de las fuentes bíblicas sobre el lugar de asentamiento de los judíos, han signado el conflicto entre Israel y Palestina, poblaciones con muy pocos factores en común, un elemento diferenciador de lo que sucede hoy en el territorio ucraniano.
Rusia, con el liderazgo de Putin, reclama territorios que fueron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Urss) y ha aprovechado las circunstancias que, en el caso de Ucrania, han desatado una crisis interna desde 2012, acentuadas en 2014, de ahí la importancia de que Rusia anexara la localidad de Crimea, reconocida como parte de Ucrania en 1954 bajo el dominio soviético, y que ahora apoye y reconozca como regiones independientes a Donetsk y Lugansk.
Más allá de los factores históricos, en el caso del conflicto entre rusos y ucranianos los elementos políticos y económicos también pesan, pues Putin se propuso aumentar la independencia energética de Rusia con la construcción de un gasoducto que, de acuerdo con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensk, se convertirá en un arma geopolítica. Gran parte del gas que Rusia envía a Europa pasa por Ucrania.
En el plano geopolítico, Putin ha señalado que quiere evitar que Ucrania se convierta en un aliado de EE. UU., así como de la Unión Europea (UE), por lo que quiere impedir que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) extienda su influencia en países del este de Europa y Asia central, como Georgia, otra exrepública soviética.
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