Líbano, como casi todos los países del mundo, sufre los coletazos del COVID-19 y su población es obligada a obedecer estrictas medidas de confinamiento. Pero en el norte de Trípoli, decenas de personas ahogadas además por la crisis económica que ya azotaba a la nación antes de la pandemia, salieron a las calles.
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El ejército trató de contener a los manifestantes cuando querían llegar hasta la casa de un político y respondió con disparos al aire en la plaza Al-Nour. Las protestas se desencadenaron desde el 27 de abril debido a la caída de la moneda, lo que causó una profunda crisis financiera que provocó un importante aumento en los precios.
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Las instalaciones de varios bancos fueron incendiadas. La caída de la moneda local alimenta una alta inflación, lo que aviva el fuego de las protestas de los ciudadanos, que viven la peor crisis económica desde la guerra civil y ahora por el confinamiento debido a la pandemia. La Cruz Roja dijo que por lo menos tres personas fueron hospitalizadas.
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