Caracas.- Baltasar Garzón se sumó este lunes 13 de julio a la defensa en el caso de extradición a EE. UU. que afronta en Cabo Verde el empresario colombiano, Álex Saab, acusado por Washington de ser presunto testaferro de Nicolás Maduro.
Garzón integrará el equipo legal del empresario y le defenderá en demandas contra Estados Unidos y Cabo Verde ante organismos judiciales internacionales, según ha confirmado a la agencia Efe el abogado de Saab, José Manuel Pinto Monteir. El anuncio llegó un día antes de que el gobierno de Cabo Verde autorizara la extradición del empresario detrás de los Clap a EE. UU.
No es primera vez que el jurista español, de 64 años, se involucra en este tipo de disputas judiciales. Su trayectoria en la carrera judicial lo ha mantenido vinculado toda su vida a la defensa de los derechos humanos y a las ideas del socialismo internacional.
Garzón es el mismo mismo exjuez que estuvo cinco años intentado juzgar al exdictador chileno Augusto Pinochet y que dirige actualmente el bufete Ilocad, con sede en Madrid. Entre sus clientes se encuentra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, preso en el Reino Unido a la espera de que se decida si debe ser extraditado a Estados Unidos.
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De acuerdo con la revista Semana de Colombia, se licenció como abogado de la Universidad de Sevilla en la capital andaluza en el año 1979 y poco tiempo después empezó su carrera como juez en la provincia de Jaén. En 1988, llegó a la Audiencia Nacional como juez encargado de instruir causas contra el terrorismo y el narcotráfico. Desde ese cargo, llevó diversos expedientes contra miembros de ETA y contra el narcotráfico.
En 1993 suspendió su carrera judicial para presentarse como candidato independiente a diputado en las listas del Psoe y, al constituirse el ejecutivo, fue nombrado delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, con rango de secretario de Estado, lo que lo convirtió en pieza clave del gobierno socialista de Felipe González para combatir el narcotráfico. En mayo de 1994 abandonó ambos cargos.
Tras su breve paso en la política, Garzón volvió a ser magistrado en la Audiencia Nacional, donde estuvo 16 años más, excepto por una licencia ente el 2005 y el 2006, tiempo en el cual estudió y fue catedrático de la Universidad de Nueva York.
Causa contra Pinochet
En Latinoamérica alcanzó notoriedad al promover causas contra el exdictador Augusto Pinochet, que estuvo confinado en Londres por una orden de arresto impulsada por él, para que respondiera por crímenes de tortura y asesinato de españoles, ocurridos durante su dictadura, reflejados en un informe de la Comisión de la Verdad de Chile. Sin embargo, no logró que Pinochet fuese detenido y, por el contrario, éste pudo regresar a Chile.
Aún así, Garzón abrió la posibilidad de que en España se juzgara a miembros de la dictadura argentina de los años 70 y 80, consiguiendo la condena de algunos de ellos.
En octubre del 2008, Garzón se declaró competente para investigar los crímenes de ese periodo, para él crímenes contra la humanidad. Los partidos de derecha emprendieron una embestida en su contra por supuestamente haberse extralimitado en sus competencias.
Inhabilitación judicial
Fue así como el 22 de febrero de 2012 el Tribunal Supremo español lo expulsó de la carrera judicial tras haber sido condenado a once años de inhabilitación por un delito de prevaricación cometido durante la instrucción del caso Gürtel, por ordenar interceptaciones a presos.
Desde entonces, Garzón ha ejercido, entre otros cargos, el de asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya y de director de la defensa jurídica del fundador de Wikileaks, Julian Assange. El 29 de noviembre de 2012 recibió de manos de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, su documento de identidad de residente extranjero en Argentina.
Actualmente, el exjuez preside la Fundación Fibgar, con programas en materia de Derechos Humanos y jurisdicción universal en España, Argentina, Colombia y México.
Según Semana, Garzón pretende ahora llevar la causa del empresario Alex Saab, hombre clave para el gobierno de Maduro, al escenario de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, un terreno conocido para él.
