Moscú.– El hasta ahora primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, que anunció este miércoles,16 de enero, la dimisión en pleno de su Gobierno, ha sido durante las últimas dos décadas el hombre de confianza del presidente Vladímir Putin y su «pararrayos» para desviar cualquier descontento popular.
«Unión de camaradas«, así describió el propio Medvédev, de 54 años, su relación con Putin al explicar, por qué no buscaría la reelección en 2012, tras cuatro años al frente del Kremlin, dejando así vía libre para el regreso del anterior mandatario a la presidencia.
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La dimisión actual del Gobierno, según Medvédev, también busca ayudar a Putin, esta vez para llevar a cabo unos «cambios fundamentales» a la Constitución propuestos por el jefe del Kremlin para otorgar mayores poderes al Parlamento.
«En el contexto actual, es evidente que el Gobierno debe dar la posibilidad a nuestro presidente de tomar todas las decisiones necesarias para ello«, justificó su decisión.
El hasta ahora jefe del Ejecutivo pasará a ocupar la vicepresidencia del Consejo de Seguridad ruso, un puesto que será creado próximamente, anunció Putin, quien dirige ese influyente órgano estatal.
A la vez, continuará presidiendo el partido del Kremlin, Rusia Unida, cuyas riendas asumió de manos de Putin hace ahora ocho años. Abogado de formación, Medvédev ocupó la jefatura del Gobierno ruso en dos ocasiones. La primera vez en 2012, y la segunda en 2018.
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Antes el político presidió el Kremlin durante cuatro años (2008-2012), tiempo en el que el actual mandatario ruso actuó como primer ministro.
Los caminos de Putin y Medvédev han ido durante décadas unidos: oriundos ambos de San Petersburgo, trabajaron juntos en el ayuntamiento de esa ciudad entre 1990 y 1995.
En 1999, Putin nombró a Medvédev jefe adjunto de la administración del Gabinete de ministros y, seguidamente, presidente del Consejo de Directores del consorcio gasístico Gazprom.
En 2005, Medvédev pasó a ocupar el cargo de viceprimer ministro de Rusia, cargo que abandonó en 2008 tras ser elegido presidente de Rusia.
Durante su gestión, el Gobierno de Medvédev ha sido duramente criticado tanto por la oposición parlamentaria y extraparlamentaria como por los propios ciudadanos, como demuestra el hecho de que sólo un 36 % aprobaba su trabajo en las encuestas y que su dimisión fue ampliamente demandada durante los últimos años.
Así, si en 2012 la dimisión del Gobierno era demandada por el 38 % de los rusos, en 2018 a favor de esa medida se pronunciaba ya el 53 % de los ciudadanos.
Entre las principales quejas al Ejecutivo figuran su incapacidad para frenar la subida de los precios y la caída de los ingresos de los ciudadanos.
La popularidad de Medvédev quedó también seriamente trastocada tras la publicación de una de las investigaciones del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que en 2017 acusó al jefe del Gobierno ruso de acumular un imperio con activos, tanto dentro como fuera del país, mediante fundaciones benéficas dirigidas por familiares y personas de su confianza.
Al asumir por primera vez la jefatura del Gobierno ruso en 2012, Medvédev prometió liberalizar el sistema político, aunque esa promesa nunca llegó a cumplirse y la oposición denunció, por el contrario, nuevas trabas para su participación en la vida política del país.
Con todo, fue el primer ministro más «longevo» en la historia reciente de Rusia, tras ocupar ese cargo durante más de ocho años.
El anterior récord perteneció a Víctor Chernomirdin, quien ocupó la jefatura del Gobierno ruso durante seis años entre 1992 y 1998.
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