Euskadi bajará el próximo lunes «un peldaño» en la denominada «nueva normalidad» con la declaración de la emergencia sanitaria, de la que se derivarán mayores restricciones en aforos, agrupaciones de personas y horarios de hostelería, además de zonas de confinamiento si se dan «situaciones de peligro».
El propósito es evitar cualquier posibilidad de colapso sanitario y un segundo confinamiento como el vivido en marzo y abril, según han anunciado las consejeras de Salud y Desarrollo Económico, Nekane Muirga y Arantxa Tapia, en una comparecencia en Bilbao.
Las consejeras han destacado que este paso es «urgente y necesario» y han advertido de que la emergencia sanitaria «no es un estado de alarma» ni «conlleva todas las medidas restrictivas que se aplicaron en marzo».
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Tras la declaración de la emergencia sanitaria, el mismo lunes se activará el LABI (Plan de Protección Civil de Euskadi), cuya dirección y coordinación asumirá el lehendakari, Iñigo Urkullu, que de esta forma ejercerá el mando único.
El LABI se reunirá el martes 18 y ese día será cuando se informe con mayor concreción de las medidas avanzadas este sábado.
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