La Paz. El ultimátum a Evo Morales para que deje el poder se transformó este lunes, 4 de noviembre, en un llamado de los comités cívicos a radicalizar las protestas hasta paralizar el Estado, puesto que el presidente de Bolivia desoyó el desafío, como era de esperar.
Las 48 horas que el líder del Comité Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, había dado a Morales para que renunciara se cumplieron sin que el mandatario alterara su agenda diaria. El mayor susto que se llevó durante esta jornada fue un incidente con el helicóptero presidencial del que salió ileso.
Colapsar al Estado
Camacho se dirigió de nuevo a una multitud en el centro de Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia, al cumplirse el plazo de 48 horas al que había retado a Evo Morales el pasado sábado, mientras en otras urbes del país, otros comités cívicos lo seguían en directo en pantallas en las calles.
En vistas de que el desafío no hizo mella en el mandatario, el líder cívico llamó a bloquear de forma pacífica las instituciones del Estado a partir de este martes, 5 de noviembre, para ahogarlo económicamente y ver si así el presidente cede.
Otras de las acciones fue cerrar las fronteras del país, reforzando así la presión que ejerce un paro cívico indefinido que se mantiene por 13 días consecutivos desde que comenzaron las denuncias de fraude electoral a favor del mandatario. El presidente del comité cruceño anunció que llevará en persona a La Paz una carta de renuncia que Evo Morales solo tiene que firmar.
Protestas ante las instituciones
Las movilizaciones que vive Bolivia desde el día después de las elecciones del 20 de octubre, cuando comenzaron las denuncias de un fraude a favor del presidente, se trasladaron durante esta jornada de los bloqueos en las calles a las puertas de instituciones.
La entrada de la Alcaldía de Quillacollo fue tapiada con un muro de ladrillo junto a un cartel que advertía que fue cerrada por los vecinos, como también fueron bloqueadas varias instituciones, en su mayoría estatales, en la vecina Cochabamba y en Santa Cruz.
El Tribunal Constitucional y la Fiscalía General del Estado en Sucre, capital del país y sede del poder judicial, vieron también a sus puertas las protestas de quienes exigen que Morales deje el poder después de más de 13 años al frente del país.
La plaza Murillo en La Paz, donde están las sedes del Gobierno y del Parlamento bolivianos, apareció con una inusual concentración de policías, aunque al parecer era para organizar su envío de refuerzo a otras partes del país.
El susto del presidente
Evo Morales había asegurado el domingo que convocaría de urgencia a los movimientos sociales que lo respaldan desde que llegó a la Presidencia en 2006, para ver cómo respondían al ultimátum, pero a lo largo del día apenas tuvo unas cuantas reuniones que son habituales en su agenda diaria.
Lo único que alteró su rutina fue un aterrizaje de emergencia del helicóptero presidencial de la Fuerza Aérea Boliviana, por un fallo mecánico, cuando volvía de inaugurar una carretera en la región de La Paz, del que apenas comentó que «será debidamente investigado».
«Gracias a Dios, la Pachamama (Madre Tierra) y nuestros achachilas (deidades andinas) nos encontramos bien y nadie resultó lastimado», escribió el mandatario en Twitter.
La misión de la OEA
El equipo de la Organización de Estados Americanos (OEA) que desde la pasada semana realiza una auditoría para ver si hubo fraude electoral a favor del presidente, como denuncian oposición y comités cívicos, se abrió este lunes a recibir aportaciones. A través de un correo electrónico, recibirá las posibles pruebas de quienes deseen contribuir a demostrar si se alteraron actas de votación o se manipuló el recuento.
El organismo internacional apuntó en un comunicado que son una treintena de sus técnicos los que hacen este trabajo, pero sin «acompañantes». A su vez, el gobierno de Morales había anunciado en la víspera que diplomáticos de México y España se sumaban a la labor.
Los gobiernos de Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Perú y Venezuela, representada por el embajador del líder opositor Juan Guaidó, expresaron desde la sede de la OEA en Washington su apoyo a la misión desplazada a Bolivia.
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