Las más de 12.000 personas que habitaban el devastado campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, han pasado su tercera noche a la intemperie, durmiendo sobre mantas, cartones o, en el mejor de los casos, en pequeñas tiendas de campaña puestas a salvo de las llamas.
El jueves #10Sep por la tarde, un tercer incendio acabó con lo poco que quedaba del campo. Destruido quedó también el olivar que rodeaba las instalaciones regulares y en el que vivía la mayoría de los refugiados, pues el campo en sí, con contenedores vivienda, solo tenía capacidad para unas 3.000 personas.
Población local y migrantes se oponen a nuevo campamento
La noche ha transcurrido con tranquilidad, según los medios locales, a pesar de que la tensión durante el día fue grande, debido a las barricadas montadas por la población local para impedir el acceso de la maquinaria necesaria para desbrozar y aplanar un área en la que se pretende establecer un nuevo campo provisional.
Según indicó a EFE una fuente del Ministerio de Migración heleno, la resistencia no viene solo de la población local, sino también de muchos migrantes. Todos tienen en común el mismo objetivo: abandonar la isla cuanto antes.
Incendios destruyen campo de migrantes en isla griega de Lesbos
El jueves se restableció el suministro de alimentos y agua, y tras dos días sin ingerir nada miles de personas hicieron una larga cola para hacerse con una botella o una bandeja de comida.
«Pasar de palabras de solidaridad a actos solidarios»
Desde la isla francesa de Córcega, donde se celebró una cumbre de países del sur de Europa, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, instó a la Unión Europea a centrarse en la crisis migratoria.
«Europa debe pasar de las palabras de solidaridad a una política de actos solidarios. Debemos poner la crisis migratoria en el centro de nuestras discusiones y ser mucho más concretos».
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció el lanzamiento de una iniciativa franco-alemana para permitir la acogida en la UE de los menores migrantes que se encontraban en Moria. Holanda propuso acoger a un centenar de migrantes, la mitad de ellos menores, entre los miles que se encuentran sin refugio.