Caracas.- Los reyes de España realizarán del 11 al 14 de noviembre una visita de Estado histórica a Cuba, con la que fuentes diplomáticas consideran que se corrige una «anomalía» en las relaciones bilaterales, y durante la que no está previsto que mantengan un encuentro con la disidencia.
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El Ministerio español de Asuntos Exteriores difundió este jueves un comunicado en el que confirma la visita de Felipe VI y la reina Letizia a la isla, que incluirá actos tanto en La Habana como en Santiago de Cuba.
Los reyes, acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, partirán hacia Cuba el 11 de noviembre, a la jornada siguiente de las elecciones generales españolas, y llegarán ese mismo día a La Habana, pero la agenda oficial no comenzará hasta el día siguiente.
El grueso de los actos se concentrará en La Habana, que conmemora el próximo mes los 500 años de su fundación, lo que ha sido uno de los motivos por los que se gestionó que el viaje de los reyes se hiciera realidad este año.
Las conmemoraciones centrales de ese aniversario están previstas para el 16 de noviembre, y se espera que cuenten con la presencia de líderes como Nicolás Maduro, o el de Nicaragua, Daniel Ortega.
Por tanto, cinco días antes de esa celebración llegarán los reyes a la capital cubana, donde, entre otros actos, mantendrán un encuentro con el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, y protagonizarán otros de carácter económico y cultural, así como una recepción de la comunidad española residente en la isla.
Las fuentes diplomáticas resaltan el enfoque institucional de la visita y su significación histórica, y subrayan que supone el fin de una «anomalía» porque sella la normalidad en las relaciones con un país miembro de la comunidad iberoamericana.
Ante las críticas de partidos españoles de centro derecha sobre el momento elegido para esta visita, con un Gobierno en funciones y justo después de unas elecciones generales, subrayan que las fechas no se han elegido por España, sino que son consecuencia de la invitación de Cuba con motivo de la conmemoración de los 500 años de La Habana.
Pero explican que han querido que se relaice unos días antes de la conmemoración oficial, el 16 de noviembre, para que tenga un perfil propio. También rechazan las interpretaciones de que suponga un respaldo al régimen cubano.
«El viaje no es una manifestación de apoyo a nada, sino una normalización de relaciones con un miembro de la comunidad iberoamericana con el que -insisten las fuentes- se producía una anomalía», dijo.
De la misma forma, explican que la visita de Felipe VI supondrá una defensa de los intereses de España.
La agenda de los reyes, aún pendiente de concretar, no incluye ningún encuentro con representantes de la disidencia cubana, aunque sí se prevé una reunión con miembros de sectores de la sociedad civil, y se asegura que no estarán ligadas a la oficialidad del Estado cubano.
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