La excandidata presidencial, Keiko Fujimori, reconoció este lunes, 23 de agosto, a Pedro Castillo como presidente del Perú, luego de considerar «ilegítima» la proclamación del mandatario y retrasar su nombramiento con más de un millar de impugnaciones en las que denunció sin pruebas fehacientes un supuesto «fraude».
«Reconozco al señor Pedro Castillo como presidente de la República de nuestro país. Espero que él escuche el sentir de las grandes mayorías y que haga un buen mandato en los próximos cinco años», declaró Fujimori en una entrevista con la emisora RPP.
La excandidata derechista, hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), aseguró, además, que en su condición de lideresa de Fuerza Popular, el partido de la oposición con más fuerza en el Congreso, está dispuesta a reunirse con Castillo, quien asumió la Presidencia peruana el pasado 28 de julio.
«Yo no me niego a esta posibilidad. Cada vez que un presidente de la República me ha solicitado conversar, siempre he asistido», aseveró.
UN MES TARDE
Estas declaraciones de Fujimori llegan más de un mes después de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) proclamara al profesor izquierdista presidente electo de Perú al refrendar los resultados de la votación del pasado 6 de junio, donde Castillo obtuvo el 50,12 % de los votos válidos, un estrecho triunfo por apenas 44.263 votos de ventaja sobre Fujimori.
Horas antes de que el máximo órgano electoral peruano oficializara los resultados del balotaje presidencial, el 19 de julio, la lideresa de Fuerza Popular anticipó en un pronunciamiento público, donde no admitió preguntas, que los aceptaría «porque es lo que manda la ley y la Constitución».
Remarcó, sin embargo que la proclamación era, en su opinión, «ilegítima» por considerar que hubo un «fraude sistemático» en los comicios, algo que la excandidata venía denunciando desde el día posterior a la elección, cuando veía irreversible su tercera derrota consecutiva en unas presidenciales.
De hecho, el anuncio oficial del vencedor de la contienda se dilató durante casi un mes y medio por la batería de recursos e impugnaciones legales del fujimorismo y sus aliados para tratar de anular unos 200.000 votos de zonas donde su rival en las urnas obtuvo un apoyo abrumador.
Todas estas reclamaciones fueron rechazadas en primera instancia por los Jurados Electorales Especiales (JEE) y luego pasaron al JNE, que en última instancia declaró las apelaciones improcedentes.