París.- Todos los comercios, salvo bares y restaurantes, podrán abrir en Francia a partir del 11 de mayo, fecha en la que se disminuirán las restricciones frente a la pandemia por coronavirus, mientras que la vuelta a las aulas se hará de forma progresiva y en función de los cursos.
El jefe de Gobierno indicó este martes 28 de abril, que los propietarios de un negocio podrán impedir la entrada a quien no lleve mascarilla y apuntó que los ayuntamientos podrán decidir sobre la apertura de centros comerciales de más de 40.000 metros cuadrados en los que podría haber aglomeraciones de gente.
Respecto a los colegios, los primeros en reincorporarse paulatinamente serán los alumnos de infantil y primaria a partir del 11 de mayo, mientras que los de los primeros cursos de secundaria lo harán desde el 18 de mayo, y la situación de los de últimos años de secundaria y bachillerato se evaluará al final de mayo.
En las guarderías, sólo podrán coincidir diez niños por grupo, mientras que en los colegios el máximo será de 15 alumnos por clase. Philippe dejó claro que la vuelta a clase, escalonada a lo largo de tres semanas, será voluntaria.
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La desescalada se adaptará a la realidad de cada territorio. Por ejemplo, los parques y jardines solo abrirán en aquellos departamentos donde el coronavirus «no circule de forma activa», y las playas, cerradas desde el principio del confinamiento el 17 de marzo, seguirán inaccesibles al menos hasta el 1 de junio.
Los ciudadanos podrán salir de su casa sin la declaración jurada que actualmente es obligatoria, salvo en desplazamientos de más de 100 kilómetros del domicilio, que solo se autorizarán por motivos familiares o profesionales urgentes.
De momento, los grandes museos, los cines, las salas de conciertos y de espectáculos seguirán cerrados y todos los actos que agrupen a más de 5.000 personas estarán prohibidos al menos hasta septiembre.
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El transporte público también deberá adaptarse: el uso de mascarilla será obligatorio y los distintos operadores deberán organizarse para permitir que se respete la distancia social, lo que podría implicar que se reduzca, por ejemplo, la capacidad del Metro parisino, dejando un asiento de cada dos libre.
El total de fallecidos desde el inicio de la epidemia asciende en Francia a 23.293 personas y se han contabilizado 128.339 casos de contagios confirmados.