Buenos Aires.- El expresidente de Bolivia, Evo Morales, quien vive en Buenos Aires antes de finalizar 2019, se retractó en una carta pública de unas declaraciones suyas en las que llamaba a la conformación de milicias en su país y que generaron polémica.
«Hace unos días se hicieron públicas unas palabras mías sobre la conformación de milicias. Me retracto de ellas. Mi convicción más profunda siempre ha sido la defensa de la vida y de la paz», expresó el político boliviano, que renunció al poder el 10 de noviembre pasado tras ser presionado por las Fuerzas Armadas.
Una radio boliviana emitió un audio en el que se escuchaba al exmandatario, que insiste en que fue víctima de un «golpe de Estado», hablar en una reunión con sus seguidores en Argentina.
«Quiero que sepan, de acá a poco tiempo, si volvería, o alguien vuelva, hay que organizar como en Venezuela milicias armadas del pueblo», decía Morales en esa grabación, que generó repudios de políticos críticos a Morales y llevó al actual Gobierno interino a anunciar que se iniciarán «acciones penales» en contra de él.
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En su carta, publicada en Twitter, el expresidente que el 12 de noviembre se asiló en México y un mes después llegó a Argentina y pidió refugio, aseveró que siente un «profundo dolor por lo que está pasando» en su «querida Bolivia».
«El decreto de impunidad para las Fuerzas Armadas, las masacres, los grupos paramilitares que recorren las calles, las casas quemadas, los Tribunales Electorales incendiados, los presos políticos y la persecuión sistemática, todos estos crímenes sin justicia», añadió Morales.
Morales continúa en el texto haciendo un llamado a la comunidad internacional «para que haga todos los esfuerzos para garantizar el respeto a los derechos humanos». «No quiero que nada de lo que diga sea usado como un pretexto para perseguir y reprimir a mis hermanas y hermanos», resalta.
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Para concluir, el líder indígena se muestra «convencido» de que la paz solo puede ser alcanzada a través de una «democracia plena, restableciendo el Estado de Derecho, con pleno respeto a los derechos humanos, con justicia social, con la lucha contra todas las formas de racismo y discriminación», siempre en el marco de la Constitución.
El Gobierno interino, encabezado por Jeanine Añez -senadora que se autonombró presidenta en medio del vacío de poder tras la salida de Morales- inició un proceso penal en la Justicia contra el exmandatario por delitos como terrorismo y sedición, que derivó en una orden de detención en su contra que no se hará efectiva por haber solicitado refugio en Argentina.
La acusación surgió por un audio en el que supuestamente Morales instruye, cuando estaba en México, cercar ciudades para cortar la provisión de alimentos durante la crisis que vivió Bolivia tras su renuncia.