Caracas.- La victoria del peronista Alberto Fernández, abre el interrogante de cómo transitará su política exterior, en especial respecto a Estados Unidos (EE.UU.), Venezuela y el acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), una vez que el 10 de diciembre próximo asuma oficialmente el poder.
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En los últimos meses, el líder del Frente de Todos, que llegará a la Casa Rosada con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) como vicepresidenta, ha abogado por integrarse al mundo «de forma distinta» a como lo ha hecho su antecesor Mauricio Macri, a quien este domingo derrotó en las urnas.
Venezuela
Durante los Gobiernos kirchneristas, Argentina mantuvo una estrecha relación con la Venezuela chavista. Es por eso que el oficialismo ha alertado a lo largo de la campaña electoral de que Argentina, correría el mismo sesgo autoritario que el país caribeño -que arrastra una dilatada crisis política, económica y social desde hace años- en el caso de un regreso de Cristina Fernández.
Desde el Gobierno de Macri también criticaron la supuesta connivencia del ganador -que fue jefe de Gabinete de ministros tanto de Fernández como de su esposo, el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007)- con Nicolás Maduro; y que no condenara su Gobierno ni le definiera como «dictador».
Si bien el presidente electo se llegó a mostrar en julio «muy preocupado» por el «sesgo autoritario» en Venezuela, deslizó que, en caso de llegar al poder, saldría del Grupo de Lima -alianza de países que desconoce a Maduro y apoya al líder opositor Juan Guaidó-, al que acusó de fomentar «una posición intervencionista» en Venezuela con Macri y el brasileño Jair Bolsonaro a la cabeza.
Apostó así por acercarse al Mecanismo de Montevideo, conformado por Uruguay, México, Bolivia y la Comunidad del Caribe y que busca impulsar el diálogo político en el país caribeño para lograr una salida desde la no intervención.
Acuerdo Mercosur-Unión Europea
A finales de junio de este año y tras dos décadas de negociaciones, el Mercosur -integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay- selló un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), que desde el primer momento fue cuestionado por Alberto Fernández por las desventajas que puede acarrear para su país.
Aunque a priori nunca ha abogado por sacar a Argentina del pacto -que para entrar en vigor deberá ser aprobado por los parlamentos de los países de ambos bloques-, el peronista sí ha lanzado fuertes reproches a su contenido y ha cuestionado que incluso se hubieran cerrado definitivamente las negociaciones.
«La globalización es un hecho irreversible, no tiene mucho sentido discutirla. (Pero) sí podemos discutir cómo hacerla. Podemos hacerlo con inteligencia para favorecer a los nuestros o podemos hacerlo alocadamente», dijo Fernández en una entrevista.
En diversas ocasiones, el electo presidente ha afirmado que, en caso de llegar a la Presidencia, cuidará que los acuerdos sean en favor de Argentina.
Brasil
Brasil es el principal socio comercial de Argentina. Durante su tiempo como mandatarios, Kirchner y Fernández mantuvieron una cercana afinidad ideológica con los presidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y Dilma Rousseff (2011-2016).
Con la llegada de Macri a la Presidencia, las relaciones bilaterales con Brasil siguieron siendo buenas pero esta vez con los conservadores Michel Temer (2016-2018) y Bolsonaro, quien este año llegó a alertar de un posible éxodo de argentinos a Brasil en caso de que ganase la fórmula de Fernández.
Las acusaciones de corrupción y la posterior condena a ocho años y 10 meses de prisión a Lula da Silva llevaron a Cristina Fernández, acusada en multitud de causas, a comparar su situación con la del expresidente brasileño, al considerar que ambos son unos perseguidos políticos, como también opina su compañero de coalición.
«Es un hombre injustamente preso y por quien debemos seguir pidiendo por su libertad. ¡Lula libre! Que se escuche en toda Latinoamérica y en el mundo también», clamó este domingo ante sus seguidores Alberto Fernández poco después de resultar vencedor.
Este apoyo tiene como contraparte sus críticas a Bolsonaro, a quien llegó a llamar «racista, misógino y violento».
Sin embargo, el mandatario electo ha afirmado en varias ocasiones que la relación con Brasil es lo suficientemente importante como para delimitarla a lo que dice un «presidente en la coyuntura».
Estados Unidos
Mauricio Macri, que siempre se ha vanagloriado de haber vuelto a vincular al país con el mundo tras el aislamiento que a su juicio sufrió durante el kirchnerismo con socios como Venezuela e Irán, ha mantenido durante su Gobierno una muy buena relación con Estados Unidos, tanto con Barack Obama como con Donald Trump como presidentes.
Convencido de que Argentina está muy condicionada por las políticas norteamericanas, Fernández cree que se necesita alcanzar un «vínculo maduro» con EE.UU.
«Si nosotros vivimos con (George) Bush (en referencia a su época como jefe de Gabinete), ¿cómo no vamos a poder convivir con Trump también?», llegó a decir en julio pasado.
Con el retorno del peronismo a la Casa Rosada está por ver cómo se hilvanan los hilos de la geopolítica regional, con un Fernández más convencido de la unidad latinoamericana que de la apertura indiscriminada con el resto del mundo.
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