Denuncian que fondos de la UE subsidian deforestación en la Guayana francesa

Caracas.- Fondos europeos «son destinados a la deforestación en la Amazonía guyanesa», denuncian Claudette Labonté y Leonore Johannes, integrantes de comunidades indígenas de la Guayana francesa en la Cumbre del Clima de Madrid, por lo que tachan de «hipócrita» la actitud del presidente francés, Emmanuel Macron.

LEE TAMBIÉN

La cumbre climática se viste de «supermiércoles verde»

Labonté, de la tribu Palikur, y Johannes, de la Kaliña, sostuvieron en una entrevista a EFE que los pueblos indígenas en la Guayana francesa, reciben «muy poca atención y sus culturas son minimizadas y despreciadas».

Esta situación está provocando «un alto índice de suicidios entre los jóvenes, un problema del que nadie habla» en Francia, asegura.

Macron demuestra una actitud «totalmente hipócrita» porque se hace fotos con el jefe indígena brasileño, Raoni Metuktire, pero nosotros en la Guayana -un departamento de ultramar de Francia y, por tanto, parte de la Unión Europea- «somos completamente ignorados» por el Gobierno francés, según Labonté.

La población guyanesa «es multicultural», sostiene Labonté, con personas de Surinam, Brasil, los hmong (laosianos que llegaron una vez concluida la guerra de Vietnam en 1975), de Perú, Colombia, República Dominicana o Haití, entre otras.

Han intentado contactar con el Gobierno francés para «plantearle los problemas, pero es imposible», por eso han acudido a la Cumbre de la Convención de Cambio Climático (COP25) de Madrid para recordar a Macron que entre la población francesa «están los pueblos indígenas de la Guayana».

Porque todo lo que se trate en la COP tiene que ver con los pueblos indígenas y denuncian la deforestación y la extensión de la ganadería y la agricultura «abusiva» para el cultivo de frutales que está financiado por la Unión Europea a través de subsidios sin ningún tipo de control.

Son tierras que los «hmong deforestan, cultivan y luego abandonan para seguir explotando otros espacios tras la solicitud de nuevos subsidios».

Asimismo, critican la utilización «indiscriminada» de pesticidas y fertilizantes para obtener potentes cultivos, en tierras «afectadas por la sequía», lo que ha provocado problemas de salud entre habitantes de territorios indígenas.

Además, más de 138.000 hectáreas han sido dadas en concesión a empresas mineras -sobre todo de Canadá- para la extracción de oro.

Johannes, presidenta del Colectivo de primeras naciones, explica que los pueblos indígenas se levantaron en una «gran manifestación de protesta» en marzo de 2017; sin embargo, poco han conseguido desde entonces, alerta Labonté, pese a lo cual «Macron sigue hablando de salvar la Amazonía».

Las autoridades del Consejo Regional y Departamental prefieren conversar con jefes tribales que muchas veces no hablan más que su lengua nativa y, por ello, en algunos casos «son fácilmente manipulables», sostiene Labonté.

La degradada imagen de Macron por los conflictos con los «chalecos amarillos», entre otras cuestuones, tampoco gana puntos entre las comunidades indígenas guyanesas.

Macron «vende una imagen al exterior, pero en Guayana hacen falta carreteras para la comunicación entre las poblaciones indígenas de la zona costera y el interior», según Labonté.

Sostienen que, a pesar de que la base espacial de Kurú pudiera generar algún beneficio para su población, lo único que les deja es contaminación, «que no es lo peor que les puede pasar», según Johannes.

Otro grave problema entre la juventud es la captación de jóvenes para dedicarse al narcotráfico «porque al tener la nacionalidad francesa tienen fácil acceso a Europa», señala Labonté, responsable de mujer y familia de la Coordinadora Amazónica (Coica), que aglutina a indígenas de varios países.