La seguridad vaticana y la policía italiana impidió la llegada de fieles cubanos a la plaza San Pedro la mañana de este domingo, 24 de octubre, para pedirle al papa Francisco, desde el corazón de la Iglesia católica, la mediación del Vaticano en la aspiración a que cese en la isla la contante violación a los derechos humanos por parte del gobierno de los hermanos Castro y su sucesor, Miguel Díaz-Canel.
Felipe Fundoa, joven cubano de 32 años, quien migró de la isla a la edad de 16, logró pasar junto a 12 compatriotas a la plaza porque posee nacionalidad alemana. Reveló que la convocatoria de los cubanos del mundo era con el propósito de ser escuchados, nunca con objetivos de violar las normas ni seguridad vaticana.
«Vine por la causa cubana, porque mi madre, mis hermanas, mis sobrinos, mis vecinos viven en Cuba y no tuvieron la posibilidad de irse, como me pude ir yo de la dictadura cubana. Tenemos que empezar a desenmascarar lo que está pasando en Cuba», enfatizó Fundoa al medio de comunicación Cubanet.
Aunque los cubanos, que llegaron de diferentes puntos de Europa e incluso de Estados Unidos, tenían planificado escuchar en silencio el Ángelus del papa Francisco, las autoridades italianas les impidieron acceder a la plaza de San Pedro.
Además, relataron que a los pocos cubanos que dejaron entrar al Vaticano no los dejaron sacar su bandera y se las arrebataron a la fuerza. «Había banderas de Perú, España, Italia, pero la bandera cubana fue marginada totalmente en la tierra de Dios. Los cubanos fuimos marginados del Vaticano. Esto es una denuncia», expresó Polet Rodríguez al mismo medio.
Los manifestantes corearon consignas de libertad. Ante los agentes de la policía gritaron, en español e italiano, “Cuba libre”, “Patria y vida” y “Derechos humanos para los cubanos”, entre otros lemas.
