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El 3 de marzo de 1885 nació una empresa que tenía como objetivo dominar la red de telefonía a larga distancia de Estados Unidos. Esta empresa fue nombrada por las siglas de American Telephone and Telegraph Corporation, es decir, AT&T, y continúa funcionando actualmente.
Sus comienzos fueron en Nueva York; luego se desplegó hasta Chicago en el año 1892 y alcanzó el territorio californiano en 1915. Las comunicaciones transatlánticas las conseguía por radios, ya que el cable que une los continentes no fue posible hasta el año 1956.
El final de la AT&T original se dio en 1982, cuando el Gobierno de EE. UU. decidió que la compañía debía romperse. Ni siquiera la entrada de nuevos competidores a la telefonía a larga distancia había podido acabar con el monopolio del gigante.
Tras una dura batalla legal, ese mismo año Estados Unidos obligó a AT&T a dividirse en siete compañías independientes, acabando así con el monopolio conocido con el nombre de “Sistema Bell”. Al partirse y desaparecer la compañía original, los nuevas empresas se liberaban de la ley de 1956 que las obligaba a permanecer en el sector de la telefonía.
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Southwestern Bell compraría en 2005, por 16.000 millones de dólares, lo que quedaba de la antigua AT&T, debilitada y sin nada que ver con el monopolio que había tenido décadas antes.
Ya en 2013, AT&T se expandió a Latinoamérica gracias a una colaboración con una empresa mexicana, y tras la compra de dos proveedores telefónicos del país formó AT&T Mexico.
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Dos años después, en 2015, el gigante adquirió DirectTV por 67.000 millones de dólares, con su deuda incluida. Este era uno de los proveedores de televisión por satélite más conocidos de Estados Unidos, y es que AT&T se estaba preparando para entrar en el mundo del entretenimiento.
Es así como en 2016, la compañía anunció su intención de adquirir Time Warner, la dueña de empresas tan conocidas como HBO, Warner Bros o la CNN. Sin embargo, el gigante volvió a tener problemas con la justicia estadounidense, que trataba de bloquear la compra, temiendo que AT&T creciera demasiado.
La batalla legal duró casi dos años, pero en 2018 la empresa fue capaz de adquirir Time Warner por $85.000 millones. De esta forma, AT&T se convertía ya no solo en la mayor compañía de telecomunicaciones del mundo, sino también en la mayor compañía de entretenimiento y multimedia por ingresos.
Actualmente, el gigante sigue apostando fuerte por el negocio del entretenimiento y el streaming.
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