La vacuna más aplicada en Brasil hasta ahora es la de Sinovac, pero la más usada en las últimas semanas es la AstraZeneca. | Foto: EFE
Río de Janeiro.- Brasil, uno de los países del mundo más afectados por la pandemia de COVID-19, superó el pasado 30 de junio la marca de 100 millones de vacunas aplicadas contra el coronavirus, según informó el Ministerio de Salud.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, de las 135,1 millones de vacunas distribuidas en todo el país desde el comienzo de la campaña de inmunización, el 17 de febrero pasado, fueron aplicadas 101,4 millones hasta el 30 de junio.
Al menos 74,3 millones de brasileños, que corresponden a casi el 35% de los 212 millones de habitantes del país, recibió la primera dosis de alguna de las vacunas autorizadas (la anglo-sueca AstraZeneca, la china Sinovac o las estadounidenses Pfizer y Janssen).
Otros 27,1 millones, cerca del 12,8% de la población, ya recibieron las dos dosis, por lo que completaron el ciclo de la inmunización, o la vacuna Janssen, que es de dosis única.
Teniendo en cuenta la población considerada como blanco de la campaña de vacunación en su primera etapa (160 millones de mayores de 18 años), la primera dosis ya ha sido recibida por el 46,4% y las dos dosis por el 16,9%.
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Según el Ministerio, Brasil es el cuarto país en el mundo que más ha vacunado con al menos una dosis a su población.
Solo en las últimas 24 horas fueron aplicadas 2,2 millones de vacunas, por encima de las expectativas del ministro de Salud, Marcelo Queiroga, gracias a que en las últimas semanas el país ha recibido un número récord de dosis.
La vacuna más aplicada en Brasil hasta ahora es la Sinovac, que fue la primera aprobada y utilizada en el país, pero la más usada en las últimas semanas es la AstraZeneca, producida en el país por el centro estatal de investigaciones médicas Fiocruz.
El rápido avance de la vacunación en las últimas semanas, principalmente entre la población más vulnerable, ha permitido una reducción del número de muertes y de hospitalizaciones por COVID-19.
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Mientras la pandemia da tímidas señales de desaceleración y la vacunación avanza al ritmo esperado, la polémica sobre supuestas irregularidades en la adquisición del inmunizante Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech, sigue dando dolores de cabeza al gobierno de Jair Bolsonaro.
Un día después de la suspensión por parte del Ministerio de Salud del contrato de adquisición para la compra de esa vacuna, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador) decidió suspender también un pedido para el uso en carácter de emergencia de la Covaxin en el país.
Tanto la Fiscalía como la Policía Federal decidieron comenzar investigaciones para determinar las posibles responsabilidades penales en las irregularidades.
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