Francisco Flores, sobrino de la constituyentista Cilia Flores, apeló ante la Corte Suprema de EE. UU. su condena a 18 años de prisión por el contrabando de más de 800 kilos de cocaína a ese país.
Según la agencia de noticias Associated Press, la petición fue publicada este martes, 25 de agosto, en los expedientes de la corte, y en ella los abogados defensores argumentan que los sobrinos de Flores fueron engañados por el juez federal de Manhattan, cuando les dijo que debían de haber sabido que el cargamento de droga incautado tenía como destino EE. UU., algo que era requisito para emitir la condena según la ley estadounidense.
De acuerdo con la defensa, en ningún momento se escucha a los acusados hacer referencia sobre el destino que tendría el envío, ni siquiera frente a las menciones hechas por los informantes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), con los que negociaban, ya que en las grabaciones obtenidas solo responden con silencios o respuestas vagas e inaudibles.
“La única evidencia citada con respecto a la supuesta evasión deliberada del conocimiento por parte de Flores fue que él y (Efrain) Campo permanecieron efectivamente en silencio, es decir, no buscó confirmación o aclaración, cuando los informantes de la DEA dejaron caer sus diversas indirectas ”, aseguraron los abogados.
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Igualmente, señalan que José Santos-Peña, quien fungió como testigo estrella durante el juicio, era un informante de la DEA del que más adelante se descubrió que mentía a sus empleadores.
Francisco Flores y Efrain Campo, ambos familiares de la denominada «primera combatiente», fueron arrestados en Haití durante una operación de la DEA en 2015, a donde acudieron por invitación de un narcotraficante hondureño conocido como «el Sentado», quien les había prometido 11 millones de dólares de anticipo por el traslado de cocaína, pero que en realidad trabajaba en calidad de informante para la agencia antidrogas.
La defensa asegura que Flores y Campo, quienes fueron llamados más adelante por la prensa como «los narcosobrinos» no tenían conocimiento del cargamento que trasladaban utilizando pasaportes diplomáticos ni realizaron ningún tipo de transacción.
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