El Gobierno alemán condenó este lunes el arresto «arbitrario» del líder opositor ruso Alexei Navalni, nada más regresar a su país tras cinco meses en Alemania a raíz de su envenenamiento, y exigió su «inmediata liberación».
El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, aseguró en una rueda de prensa que la detención de Navalni en el mismo aeropuerto en el que aterrizó «viola los principios del Estado de derecho».
Seibert añadió que el arresto es «arbitrario» porque en opinión de Berlín el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya juzgó los hechos por los que Rusia acusa ahora Navalni de nuevo y en su fallo de 2018 obligó a Moscú a indemnizar al opositor.
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El portavoz también condenó que la vista judicial se haya producido en las instalaciones policiales donde Navalni ha permanecido arrestado.
«Rusia ha detenido a la víctima de un ataque con veneno y no a los autores», afirmó Seibert.
Berlín exige por tanto la «inmediata liberación» de Navalni y su contribución a una «aclaración total» de lo sucedido en torno a su «intento de asesinato» con un gas nervioso de la familia del Novichock.
Seibert, que reconoció que el caso Navalni es un «lastra para las relaciones bilaterales», evitó desvelar la posición de Berlín en el debate europeo sobre una posible nueva ronda de sanciones contra Moscú a raíz de estos hechos.
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Navalni partió este domingo de regreso a Moscú desde Berlín, tal como había anunciado unos días atrás. Sobre el opositor pesaba una orden de detención por un presunto fraude de 2014. Varias decenas de seguidores que le esperaban en el aeropuerto fueron detenidos.
El opositor fue trasladado el pasado agosto a Berlín en coma inducido tras su envenenamiento. En Alemania permaneció cerca de un mes hospitalizado y luego otros cuatro recuperándose.
El gobierno de la canciller Angela Merkel ha requerido desde entonces repetidamente a Moscú aclarar lo ocurrido, hasta ahora sin éxito.