Carrizal.- El casco central del municipio Carrizal, en el estado Miranda, ha sido durante mucho tiempo una de las primeras opciones de los habitantes carrizaleños para realizar sus compras o diligencias; sin embargo, esto ha cambiado de un año para acá.
Desde que Farith Fraija se alzara como alcalde del municipio, en las elecciones de 2017, ha aplicado distintas ordenanzas municipales y políticas fiscales que han afectado el normal funcionamiento de los comercios de la zona, llevándolos al borde de la quiebra.
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La última medida afecta el tránsito en la zona, ya que la alcaldía ha ordenado que se coloquen conos en todas las calles del casco central. Esto, para evitar que los transeúntes estacionen sus vehículos frente a los comercios.
La medida, que en primera instancia no debería ser negativa, está llevando a la quiebra a los locales que allí funcionan. El problema recae en el mal planeamiento de la ordenanza, pues el casco central no cuenta con suficientes plazas de estacionamiento cercanas, ocasionando que muchos consumidores y turistas rehuyan de transitar por las adyacencias del casco, reduciendo de manera drástica las ventas en estos locales.
Los dueños de negocios han alzado su voz con preocupación, porque consideran que la excusa utilizada por la alcaldía no es válida. El órgano ejecutivo alega que la medida se aplica para evitar las colas, pero los dueños de comercios defienden que esto no tiene sentido, pues la calle es lo suficientemente grande y el poner los conos igualmente ocupa un espacio en la vía.
A esto se suma otra política del gobierno municipal, ligada a la recaudación fiscal. Los comerciantes reportan que los impuestos son demasiados altos en el municipio.
Mientras, confiesan con preocupación que si estos no bajan o las ventas no retoman su normalidad muchas santamarías bajarán definitivamente hasta convertir al casco central de Carrizal en un pueblo fantasma.
Con reportes de los Infociudadanos Jesús Cortez y Pedro Reyes
